Hace poco más de un mes ya te contamos que, según una investigación del Pew Research Center de Estados Unidos, una de cada cuatro personas se arrepiente de al menos alguno de sus tatuajes. Y sí, entre ellas también hay gente cool ultrafamosa que no te esperarías. Como Miley Cyrus. En una entrevista reciente para The New York Times, en la que puedes descubrir a una Miley mucho más madura y autoconsciente, la artista estadounidense confesó que a día de hoy ya se arrepiente del 80% de los tatus que se ha hecho. Es decir, que tranquilamente se quitaría cuatro de cada cinco si fuese tan sencillo como pensarlo y que pasara.
“No me arrepiento lo suficiente como para quitármelos con láser, pero algunos de ellos, como el de mi gato, al que amo, no lo necesito”. Y lo mismo con el de su perro: “Lo amo, pero, no sé, tener un pitbull en cada foto que me haga el resto de mi vida es muy intenso”, reconocía. Y es que no hace falta cumplir 70 años para estar en otra y que algún tatuaje ya no te represente al 100%. Cambias constantemente. De amores. De pasiones. De filosofías. De flows. De personas. De estilos. De estéticas. Los tatuajes molan, pero hay que hacérselos sabiendo que el tiempo pasa y seguirán ahí. Miley Cirus, por lo menos, tiene pasta suficiente para quitárselos de una.
Y no es que la cantante de repente no quiera a sus compañeros peludos. Eso sigue ahí. Es simplemente que tenerlos en la piel, ahí presente, en cada fotograma tuyo, en cada plano, puede ser un poco too much a veces. No es la única celebri que ha pasado por esto. Angelina Jolie se borró el tatuaje de su ex pareja, el también actor Billy Bob Thornton. Megan Fox se borró la cara de Marilyn Monroe que tenía en el antebrazo. Jennifer Lawrence se sometió a sesiones de láser para que le eliminaran de su mano derecha la fórmula del agua que tenía tatuada. Y la lista continúa: Demi Lovato, Johnny Depp, Pete Davinson o Ariana Grande también sucumbieron.
Otras confesiones de la entrevista
Además del regret de los tatus, la entrevista contiene otras confesiones de la artista, como su proceso de reconciliación con su padre tras el divorcio con su madre, el hecho de que su familia se haya convertido ahora en el centro de su vida y de sus prioridades, el camino de sanación emocional que ha transitado en los últimos tiempos o las dificultades para no sufrir demasiado por las críticas ajenas. En sus propias palabras, “acepto el escrutinio público como un intercambio por la vida que llevo, pero me preocupa cómo afecta a mis hermanos que no eligieron esta vida”. Ah, y también habla de cómo todas estas movidas han moldeado Something Beautiful, su último álbum. “Los tiempos más desagradables de nuestra vida tienen un punto de belleza. Son la sombra, son el carbón, son el sombreado. No puedes tener una pintura sin luces y contrastes.”