No es la primera vez que una estrella internacional salta a otros negocios desde el colchón de la fama. En esta ocasión es el turno de Rosalía quien, aprovechando el segundo aniversario de Motomami (el tercer álbum de estudio de la catalana y que terminó de consolidar su carrera), ha decidido apostar por invertir en el sector inmobiliario.
Tal y como recoge el portal ON Economía, la artista de 31 años ha registrado Tresmamis SL, que será administrada por su madre Pilar Tobella Aguilera, quien se dedicará a la “promoción, construcción, compra, venta, arrendamiento y comercialización en general de toda clase de edificaciones, terrenos, solares, fincas rústicas y urbanas”. Asimismo, estará integrada al 100% dentro del sello Motomami SL, sociedad mediante la cual Rosalía gestiona su carrera profesional y que figura también a nombre de su progenitora.
La estela familiar
Es importante recordar que hace ya cuatro años desde que Tobella Aguilera abandonase su cargo como consejera y directora general de Suprametal, la empresa familiar dedicada a la fabricación de placas y etiquetas metálicas fundada por el abuelo de Rosalía, Jaume Tobella Bosch, en Sant Esteve de Sesrovires, su ciudad natal.
Fue, por supuesto, debido al éxito de su hija. Desde entonces se dedica exclusivamente a la administración de las actividades generadas por Rosalía, cuya carrera empezó a despuntar tras el lanzamiento de su debut en 2017, Los Ángeles y, posteriormente, El Mal Querer en 2018.
Cabe destacar que no es sólo la madre quien tiene tiempo y conocimientos para dedicarse a este proyecto familiar. Su hermana, Pilar Vila Tobella también se encarga de las relaciones públicas y estilismo de la artista, cuya sociedad ingresó 3,68 millones de euros, según figura en las cuentas de 2022.
Críticas en la red
Este movimiento empresarial también ha generado varias críticas en las redes sociales debido a “su contribución” a la especulación inmobiliaria. Es más, la periodista Anna Pacheco, comentaba en su cuenta de X que a pesar de que “todo es trágicamente previsible” nunca deja de sorprenderla “la voluntad de los ricos de querer serlo más”.
Muchos internautas han sido los que han mostrado su decepción o desacuerdo con el último movimiento de la catalana porque, aseguran, es “una traición de clase” y “poco feminista” por su parte.