La Amnesia Etílica. Nuevas Mierdas Del Dramita De Siempre

[audio mp3="http://www.codigonuevo.com/wp-content/uploads/2014/10/farrote.mp3"][/audio]   A lo largo de la historia etílica de la humanidad, siempre ha habido 3 preocupaciones recurrentes para el juerguista que amanece sin poder recordar l

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A lo largo de la historia etílica de la humanidad, siempre ha habido 3 preocupaciones recurrentes para el juerguista que amanece sin poder recordar lo que sucedió la noche anterior.

Estas preocupaciones suelen ser:

· Objetos perdidos: todo borracho ha tenido que descubrir, todavía aturdido por la infernal luz y otras amenazas de la vida diurna, que volvió a casa sin cartera o chaqueta y seguramente sin dignidad. El que no haya rematado alguna noche épica haciendo cola para sacarse el DNI que tire la primera piedra.

· Actividades psicosexuales temerarias: un clásico de toda taja de este nivel incluye algún dramita en el que te enrollaste con quien no debías o lo intentaste insistentemente sin éxito. Por características inherentes al alcohol, las posibilidades de que estos hechos desencadenen en una pelea de bar antes de que en sexo pasional son infinitamente superiores.

· Secuelas físicas inexplicables: ¿quién no se ha despertado alguna vez con un pie jodido o un número de teléfono apuntado con permanente en la espalda? Yo no, pero me lo contó una amiga, you know

Ahora es cuando viene lo jodido, lo que a mí me toca especialmente los perendeles. Es lógico que estas 3 cosas nos preocupen, porque afectan directamente a nuestra vida real: es una jodienda espectacular despertarte sin recordar nada y haberte quedado sin cartera, sin pareja y con tres esguinces en cada pie. Lo que no es lógico es que a día de hoy la mayor preocupación tras una de estas farras épicas haya pasado a ser por la degeneración de nuestra imagen virtual.

Lo que nos acojona enormemente en el primer momento es quién puede tener fotos nuestras, si estas fotos están ya en Internet, si alguno que dice ser amigo tuyo te ha etiquetado y la repercusión que tu imagen virtual pueda tener en la vida real. ¿Cuántos han perdido su curro por fotos inapropiadas en una red social? Bien porque se suponía que estaban de baja, o porque en la súper multinacional no acaban de estar de acuerdo con el travestismo y la farlopa fuera del horario laboral.

En algunos casos las consecuencias pueden resultar desproporcionadas, más achacables al puritanismo de herencia cristiana que caracteriza al mundo occidental. En otros casos, sin embargo, las redes sociales han puesto de manifiesto conductas realmente inapropiadas o incluso delictivas totalmente reprochables que en un pasado no muy lejano hubiesen quedado en la sombra.

Supongo que este es uno de los males menores de toda esta exposición no siempre consentida en la que estamos metidos casi todos. No me voy a poner a hacer un análisis socio/psico-lógico sobre en qué medida Facebook/Twitter/Whatever son un acto de narcisismo o de por qué ahora nos parece que si no lo publicamos no lo hemos vivido. Solo comentar que si queremos volver a disfrutar de un farrote de los de toda la vida, como los que se pegaban durante La Movida, deberíamos mandar a la mierda aunque sea momentáneamente el móvil y al fotógrafo de Tillate, y volver a bailar como si no nos estuviera viendo nadie. ¿O acaso creéis que el Almodóvar fanegas de los 80 hubiera dado esos conciertos bochornosos si hubiera habido 50 i-phones apuntándole desde abajo del escenario?

 

Locución: José Miguel Jurado     Música: Eric Skiff

La música empleada en esta locución está registrada bajo una licencia Creative Commons