La triste historia de Julle, el niño sueco excluido de un equipo de fútbol por ser transgénero

La ONG Malmö mot Diskriminering ha demandado a los directivos del club por discriminación de género

Julle es un niño de Veberöd, un pueblo del sur de Suecia, cuyo mayor sueño es convertirse en futbolista como su gran ídolo, el también sueco Zlatan Ibrahimovic. Aunque nació, según el registro civil, como una niña, se sintió niño desde una edad muy temprana. En palabras de su madre, Petra, al diario francés Le Monde, Julle “siempre se negó a que lo llamáramos Julia”. De hecho, añade la madre, con tan solo “cuatro o cinco años me dijo que quería ser padre y me pidió que si podíamos quitarle los senos”. Ahora, y con solo nueve años, su sueño de ser futbolista peligra por la transfobia del club local: el Veberöd AIF.

Enamorado del fútbol, Julle entrenaba y jugaba con el Veberöd hasta que un día vio como su nombre no aparecía en la lista de niños inscritos para un torneo. Petra, que pensó “que era un error”, decidió llamar al club para saber qué ocurría, y la respuesta de los responsables del Veberöd AIF fue lamentable: “habían decidido que Julle entrenara ahora con las niñas”. La razón de esta expulsión fue todavía más triste: “En los equipos mixtos las niñas tienden a cansarse y rendirse porque los niños son mejores”. Tránsfobo y sexista, el supercombo. Como dice Petra, “todo responde a la ignorancia”.

La medida del Veberöd no solo ha costado un disgusto deportivo a Julle, sino que le ha valido también para convertirse en persona non grata en el pequeño pueblo de Veberöd, de tan solo 3.700 habitantes. Como explica su madre, los otros niños no quieren jugar al fútbol con él en el recreo porque “dicen que es una niña” y que “no sabe jugar”. Las fobias siendo trasladadas de adultos a niños. Ante esta situación, la ONG Malmö mot Diskriminering ha presentado contra los directivos del club la primera demanda por discriminación de género de la historia de Suecia. Por suerte, el club del pueblo vecino ha aceptado a Julle entre sus filas. Parece que aún queda lucidez en el mundo.