El revelador reto de usar la misma ropa durante tres meses seguidos

La iniciativa fue lanzada por una marca de Portland Estados Unidos pero parece que ha llegado para quedarse

Sabes que en tu armario hay muchísima más ropa de la que te puedes poner. Sabes que cada vez que te compras una camiseta de cinco euros estás jodiendo al planeta sin necesidad. Sabes que la moda rápida es chunga pero no dejas de formar parte de la rueda. Al final, es emocionante estrenar algo, aunque lleves tanto tiempo sin salir que no le veas mucho sentido a comprar ropa nueva, te gusta hacerlo.

La marca Wool&, una tienda en la hipster ciudad estadounidense de Portland, ha lanzado un reto al que ya se han sumado más de 4.000 mujeres. Mandaron a 13 chicas un vestido de lana de merino negro y les pidieron que lo usaran durante 100 días seguidos y lo documentaran con fotos. Si lo conseguían, la marca les regalaba un segundo vestido. El resultado ha sido más que sorprendente. No solo por lo fácil y cómodo que resultó a esas mujeres adaptarse a la filosofía del uniforme, sino porque han acabado creando una comunidad en la que la moda y la apariencia ya no es el vínculo, sino que pueden hablar de sus sentimientos, de sus depresiones, de sus aspiraciones, según cuenta Emma Bedington en The Guardian.

La lana de merino tiene la ventaja de que prácticamente no se ensucia ni huele mal, no se arruga y necesita menos cuidados, es súper suave, calentita y cómoda y el vestido, liso, ancho y por las rodillas se puede combinar con absolutamente todos los colores. ¿Que hace frío? Leotardos y botas. ¿Que llega la primavera? Sin medias y con una chaqueta vaquera. Al principio, las chicas valoraban sobre todo el lado pragmático del experimento y lo sostenible de no tener que estar lavando y planchando pantalones, camisas o vestidos más delicados en la tintorería.

Ser consciente de llevar el vestido un día y otro hace que lo cuides más, explican desde Wool&. Por ejemplo, si te manchas, vas a ir en seguida a tratar de lavarte para que no se seque... porque mañana vas a tener que usar el mismo vestido. Pero además te das cuenta de qué es esencial y qué no en tu armario. Aunque luego, en el futuro, no te conviertas en una persona de un solo outfit, sí que puedes reducir el número de prendas y, al final, ahorrar dinero para gastarlo en cosas que te aporten más que la ropa.

Finalmente, las mujeres que participan en el experimento y que se han unido en un grupo privado de Facebook, se han dado cuenta de que despreocuparse de la ropa les ha permitido enfocarse en otras cosas mucho más profundas. Haced la prueba. Dejad de seguir en Instagram todas esas marcas que seguís meramente por estética y veréis que, cuando dejáis de centrar la atención en lo que queréis comprar, vuestro cerebro se relaja y empieza a apreciar más lo que ya tiene.