Refugiados que arriesgaron sus vidas en el mar trabajarán como socorristas

Estos refugiados trabajarán como socorristas gracias a una iniciativa impulsada por Proactiva Open Arms y la Generalitat

Los mismos migrantes que arriesgaron sus vidas para tener una segunda oportunidad fuera de sus países, pronto empezarán a trabajar como socorristas para salvar a otros en las playas de Badalona —en las afueras de Barcelona—. Se trata de los refugiados y demandantes de asilo que, en estos momentos, están terminando el curso de socorrismo que la ONG que migrantes que arriesgaron sus vidasmigrantes que arriesgaron sus vidas, ha destinado a personas con este perfil para después ofrecerles trabajo entre sus filas a partir de junio.

Una iniciativa con la cual la ONG no persigue más objetivo que integrar en nuestra sociedad a personas refugiadas en riesgo de exclusión social. "Entrarán en la plantilla con contratos indefinidos", explicó al diario La Vanguardia el director operativo de Proactiva Servicios Acuáticos, Oriol Canals. Y lo mejor de todo es que todos sus participantes, que tienen perfiles y orígenes distintos, tendrán la oportunidad de cambiar de vida. "Algunos son demandantes de asilo o hijos de familias que han sufrido alguna situación familiar difícil; otros en cambio proceden de un proceso de reagrupación familiar", añadió Canals.

Uno de ellos es Reza Sorkhabi, un joven iraní que tuvo que huir de su país para no acabar muerto. “No tenía documentación porque mi padre es de Afganistán y ahí —en Irán— no dan papeles a los afganos”, recordó al mismo diario Reza, que después aseguró que su situación se volvió insostenible cuando empezó la guerra de Siria. "La policía nos decía que si queríamos obtener los papeles teníamos que ir a Siria y volver con vida, que sino seríamos deportados", agregó.

Fue entonces cuando inició un peligroso viaje que le hizo pasar por Turquía y Grecia y, más tarde, llegar Italia a través del mar. Y allí, en un campo de refugiados, conoció a los voluntarios de Proactiva Open Arms que le abrieron la puerta a un mundo alejado de los bombardeos constantes. Después, cuando finalmente llegó a Barcelona, estos le ayudaron a empezar su nueva vida: "estuve seis meses en un programa social de la Cruz Roja, con el que aprendí español".

El mes que viene estará en las playas catalanas trabajando para la ONG que ha estado rescatando migrantes en el mar desde que el mundo quedó conmocionado en 2015 con la foto del pequeño Aylan Kurdi fallecido ahogado frente a las costas de Turquía. Quizás por ello, Reza se propone ir más allá, quiere ayudar a los que ahora sufren lo mismo que él cuando se marchó de su país: “cuando tenga los papeles de residencia quiero subirme a un barco y salvar vidas”.