La niña que descubrió el mensaje de auxilio de esclavos chinos en unas tarjetas de Navidad

Florence Widdicombe encontró el mensaje en una de las tarjetas que sus padres habían comprado en un supermercado Tesco

Es casi Navidad, tienes que felicitar a tus seres queridos y te vas al súper a comprar tarjetas para la ocasión. Hasta aquí todo normal, el problema llega cuando abres una de ellas con la intención de escribir una felicitación y te encuentras lo siguiente: “Somos prisioneros extranjeros en la prisión de Shanghái Qingpu, China. Ayúdenos y avisen a una organización de derechos humanos”. Esto mismo es lo que le pasó a una niña británica de seis años, Florence Widdicombe, cuando abrió una de las tarjetas que sus padres habían comprado en un supermercado Tesco. 

Al parecer, la nota denunciaba que los prisioneros de esta cárcel china estarían siendo obligados a trabajar en contra de su voluntad y pedían que alguien les ayudara desesperadamente. "Nos golpeó el ánimo. Hay injusticias en el mundo y hay personas en situaciones difíciles y sabemos de eso y leemos sobre eso todos los días. Hay algo en ese mensaje que llega a casa en Navidad... que realmente lo hace muy conmovedor y muy poderoso”, explicó a la BBC el padre de Florence, Ben Widdicombe. 

Sin embargo, lo más desconcertante para este padre de familia es que en la nota esos supuestos presos-esclavos estaban pidiendo que se contactara con el periodista británico Peter Humphrey para denunciar su situación ante el mundo. Para su sorpresa, este periodista había estado preso durante 9 meses en esa cárcel y sabía de primera mano lo que allí estaba pasando. Gracias a LinkedIn consiguió ponerse en contacto con él.

“Esto fue escrito por algunos de mis compañeros de celda de ese período que todavía están allí cumpliendo sus sentencias. Estoy bastante seguro de que esto fue escrito como un mensaje colectivo. Obviamente, una sola mano produjo la letra mayúscula y creo que sé quién era, pero nunca revelaré ese nombre”, aclaró el periodista sin querer entrar más en la polémica pero dejando que, si bien el nunca se vio forzado a trabajar, el trato a los presos está muy lejos de resultar aceptable. "Duermen en literas de hierro muy oxidadas con un colchón que no tiene más de 1 cm de grueso. En invierno hace mucho frío, no hay calefacción en el edificio y en verano hace mucho calor porque no hay aire acondicionado”, señaló. 

Por su parte, al hacerse público el contenido de la nota, la cadena Tesco anunció que "nunca permitiría el trabajo penitenciario” en su cadena de suministro y que eliminaría de la lista de proveedores de tarjetas a Zheijiang Yunguang Printing, si se descubría que había usado mano de obra carcelaria. Aunque el caso continua siendo un misterio, debido principalmente a la opacidad del Gobierno chino a la hora de ofrecer explicaciones sobre su población reclusa al resto del mundo, no es la primera vez que una nota así llega a la persona más inesperada. 

Como recuerda la BBC, en 2012 un relato de tortura fue descubierto en unas decoraciones de Halloween por la vecina de Portland, Julie Keith, y en 2014 la irlandesa Keren Wisinka encontró una nota en unos pantalones de Primark en los que podía leerse: "Nuestro trabajo dentro de la prisión es producir ropa de moda bajo explotación. Trabajamos 15 horas al día y con comida que ni siquiera se les daría a perros o cerdos”. Cabe recordar que la ONU defiende que ningún recluso debería estar subordinado a obtener ganancias ni para las autoridades penitenciarias ni para un contratista privado".