Un musulmán gay te explica el racismo oculto de la comunidad LGTBI

Hablamos con Khakan Qureshi, de ascendencia pakistaní, sobre el racismo que perdura en el colectivo LGTBI 

Khakan Qureshi salió de fiesta a un bar gay y allí se enfrentó con una dura realidad. En un mar de caras blancas, él era la única persona racializada. A base de hostias, desprecios y exclusión racista, decidió organizarse con otras personas LGTBI que sufrieran el racismo además de la homofobia. Así, fundó Birmingham South Asians LGBT, una organización radicada en Birmingham, la ciudad inglesa donde nació, que incluye a todas las personas que, como él, tienen origen étnico en el sur de Asia. Con los años, acabó participando en otros proyectos, como el Birmingham South Asians LGBT, que tienen la misión de denunciar la discriminación racista además de la discriminación por la orientación sexual y la identidad de género.

¿Cuál es la historia de tu grupo?

Nació como un grupo de conversación y de reunión para personas racializadas del sudeste asiático, independientemente de su religión, ya que eso enriquece sus experiencias y étnicamente todos reciben el mismo racismo. En mi organización, y el resto de grupos raciales, las personas no-blancas pueden expresarse, ser ellas, hablar de sus problemas. Aquí, pueden existir.

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En las primeras reuniones, todos hablaban de cómo de complicado era ir a un bar gay siendo el único moreno. Muchos blancos no se dan cuenta de que siendo gais nos sentimos excluidos de la sociedad, pero que siendo racializados también nos sentimos como un extraño entre los gais.  

Entonces, tu organización nace porque hay discriminación racial dentro del colectivo LGTBI.

Sí. Cuando a las personas heterosexuales blancas se les dice que la comunidad LGTBI puede llegar a ser racista, lo creen imposible. “¿Pero cómo puede ser? ¡Si están discriminados, tendrían que ser más inclusivos, saben lo que es el rechazo!”, me dicen muchos, con incomprensión.

Aun así, creo que dentro de la comunidad sí que hay conciencia de que no hay igualdad racial y que ser de una minoría no significa que no vayas a discriminar a otras. Pero claro, nunca faltan los blancos LGTBI que me han dicho que no es verdad y que simplemente soy paranoico y veo discriminación donde no la hay. Pero si me lo estoy inventando, ¿por qué todo el mundo en mis grupos de trabajo ha sentido la discriminación?

¿En qué consiste esta discriminación?

Primeramente, a través del lenguaje corporal y la comunicación no verbal, hay mucho rechazo inconsciente, como si el contacto con alguien de otra etnia diese asco. Segundo, por lo que sale de la boca de cada uno de los individuos del colectivo, como “persona de color marrón” y otros comentarios que suelen hacerse. Tercero, lo que sucede a través de Grindr y otras apps de ligue, donde es muy, muy común encontrarse perfiles en los que en su descripción ponen “no asiáticos ni negros”.

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Hay muchas formas de discriminación, y muchísimas son no verbales. Por ejemplo, que te hablen más lento o con superioridad, o que directamente te ignoren. Me ha pasado muchas veces que en talleres y charlas del colectivo, o me han tratado como un asistente más cuando era ponente, o que hablaban entre ellos y a mí nadie se me presentaba ni hacían un mínimo gesto para interesarse por lo que yo tenía que contar. Muchas veces me he tenido que ir de estos lugares porque no me sentía cómodo siendo tratado como una persona de segunda, aunque, en teoría, estaba en un espacio de mi colectivo.

Además, he recibido amenazas de blancos. Me decían que mis reivindicaciones hacen daño al colectivo, que lo desprestigian y que debemos apoyarnos entre todos. Pero claro, ellos lo que quieren es que callemos y seamos invisibles. Apoyarnos entre todos es hacer que nadie se sienta rechazado por su color de piel, y no callarse frente al racismo para mostrarnos ante el público heterosexual como un grupo cohesionado y uniforme y que así nos acepten mejor. Tenemos incongruencias internas y tendríamos que poder hablar de ellas.

Entonces, se perpetúa este racismo en una comunidad minorizada como la LGTBI, una comunidad que debería ser empática con otras minorías. ¿Por qué sucede?

Porque es eminentemente blanca y no tiene interés en incluir a personas racializadas en el colectivo. No es que haya mala fe, sino que hay un desconocimiento. Por ejemplo, hablé con un gay de 40 años de Birmingham que me dijo que yo era el primer gay asiático que conocía. ¿Cómo puede ser que en una de las ciudades con más inmigración del Reino Unido nunca hayas visto a una persona gay racializada? Eso es que no has tenido ningún interés. Y así, en todas las ciudades del mundo. Si eres blanco y no conoces gays negros o asiáticos, es porque no has querido, no porque no haya.

Y aun así, nos llaman paranoicos. O nos dicen que estamos en una burbuja, en un gueto, y solo nos relacionamos con otras personas de nuestra etnia. Pero cuando todas las personas asiáticas coinciden en que esta discriminación pasa y que por eso nos cuesta “salir de esta burbuja”, no puedes culparnos por no relacionarnos contigo. No podemos cruzar un muro racial que ni tan siquiera crees que existe porque, como eres minoría, piensas que eres inclusivo.

Si tenemos en cuenta que hay mucha homofobia en el seno de algunas familias malayas, indias o pakistanís, como la mía, no derrumbar el muro del racismo supone que las personas sudasiáticas no podamos salir del armario. Si los espacios gais no son inclusivos, ¿por qué vale la pena salir del armario si el colectivo te va a rechazar igual que tu familia?

¿Cómo creas un espacio LGTBI más inclusivo, en el que se sientan todos cómodos?

Crear un diálogo dentro de la comunidad. Dar espacios para que se puedan hablar de otras realidades. Dejar a las personas racializadas escribir en los medios blancos. Escucharlas, leerlas y conversar. La comunidad LGTBI siempre quiere debatir, pues ahora falta que lo haga con gais, lesbianas y trans asiáticos y negros.

Pero que sea un discurso real, una conversación real. Dentro del colectivo recializado, a mí me llaman y me escuchan un poquito porque soy musulmán. Hay personas todavía más invisibilizadas como son los sijs, los hindús u otras religiones asiáticas. Parece que lo que tienen que contar nadie quiere escucharlo.

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¿Qué le dirías a una persona LGTBI para evitar perpetuar la desigualdad étnica dentro del colectivo?

Es importante que, como individuo, hagas un ejercicio de reflexión sobre qué privilegios tienes. Todos los gais hemos luchado contra obstáculos para ser felices. Hay personas no-blancas que todavía tienen más obstáculos. Piénsate si tú estás contribuyendo a que estos existan. Quizá estás perpetuando un discurso en el que una minoría dentro de otra minoría se siente rechazada y está perdiendo su autoestima. Antes de tratar las personas racializadas con desdén, asco, superioridad o, directamente, verbalizar que no quieres tener contacto con ellas, piensa el dolor que estás causando individualmente. Porque ya tienen muchos problemas, no añadas más.