Estamos en huelga de embarazos para evitar que nuestros hijos destruyan el planeta

Nos preocupamos por no contaminar con vuelos o por alimentarnos sosteniblemente, pero, según un estudio, contamina más tener hijos

“Quería tener hijos, pero viendo la situación en la que está el mundo, me es imposible. Es condenarlos a sufrir. El mundo está muriendo y tenemos que tomar una decisión política respecto nuestros cuerpos. O nadie más lo hará”. La que habla, Blythe Pepino, tiene 33 años y es una de las fundadoras del movimiento BirthStrike, una huelga de embarazos para combatir la crisis climática. Y no está sola.

Tener hijos o cargarse el planeta

“Siempre había querido tener hijos, pero cambié de idea tras una reunión del grupo Extinction Rebellion un movimiento que pretende influir en los gobiernos para combatir la extinción masiva de la vida y el calentamiento global. Ahí me di cuenta de que en esta situación climática no podía tenerlos. Tocaba luchar para evitar que el mundo muriese, y tener hijos solo haría que empeorarlo”. Eso fue en marzo del año pasado, cuando fundó el movimiento, que en solo dos semanas consiguió más de 140 adscritos, tanto hombres como mujeres. Casi un año después, el número se ha cuadriplicado.

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Los motivos para firmar son muchos, cuenta por correo la activista climática. Primero, tienen terror a que sus hijos tengan que enfrentarse a problemas en los que las generaciones anteriores no habían ni tenido que pensar “¿Qué pasará cuando regiones enteras se sequen y haya oleadas de refugiados climáticos? ¿Y cuando suba el nivel del mar? ¿Y si el clima se vuelve tan extremo que es imposible de aguantar?”, se lamenta. Pero también sienten que tenerlos es muy costoso ambientalmente. Es lo que impulsó a Faye Dabrowski, una inglesa de 32 años, a firmar el manifiesto a favor de la BrithStrike: “entiendo el nefasto efecto del estilo de vida de los humanos en la Tierra y creo que traer un hijo a este mundo lo empeorará. No tener hijos es una forma de salvar el planeta. No soy capaz de quedarme embarazada cuando estoy absorbida por el luto por la Tierra”.

Un estudio de los investigadores Paul A. Murtaugh y Michael G. Schlax da la razón a esta tesis. En resumidas cuentas, aseguran que tener un hijo causa más emisiones de dióxido de carbono que todas esas cosas que nos preocupan tanto como estudio o comer sosteniblemente. Los humanos somos lo más contaminante que hay. "En Estados Unidos [y cualquier país desarrollado], cada niño suma 9441 toneladas de dióxido de carbono, lo que quiere decir que una madre producirá 5.7 veces más las emisiones que emitiría si no procrease”, dice el abstract del estudio. “Es cuestión de que nuestro estilo de vida no es sostenible, y antes de tener un hijo tenemos que cambiarlo”, asegura la activista.

La culpa no es solo de los ciudadanos

Aunque no está asociada al movimiento BirthStrike, la congresista estadounidense Alexandria Ocasio-Cortez habló de esta problemática en su Instagram, asegurando que "es básicamente un consenso científico que la vida de nuestros hijos va a ser muy difícil, y lleva a los jóvenes a tener una pregunta legítima: ¿está bien seguir teniendo hijos?", mostrándose en la misma línea ideológica que Blythe y el resto de miembros de su plataforma.

Como añadía el diario The Guardian, analizando este discurso, "poner el peso del cambio climático en los ciudadanos es problemático, la culpa es de la inacción gubernamental y las grandes empresas. Hay pruebas contundentes de que la crisis climática ya es demasiado grave como para poder mitigarse con acciones individuales. Sin embargo, Ocasio-Cortez ya está luchando desde el gobierno para cambiarlo, así que poco se le puede reprochar". 

En efecto, la BirthStrike es un parche político, no un estilo de vida que quieran imponer: "no creemos que el cambio climático se vaya a corregir no teniendo hijos. Lo que queremos es impulsar a los gobiernos a actuar y cambiar las cosas. Queremos visibilizar la causa". Añade, además, que su objetivo tampoco es hacer que aquellos que ya tienen hijos se sientan mal: "BirthStrike se solidariza con todos los padres, celebra su decisión y quiere luchar por la seguridad y la vida de sus hijos. No somos antinatalistas, no creemos que el mundo sea horrible y no merezca la pena vivirlo. Al contrario, queremos salvarlo antes de que se muera". 

El artículo de The Guardian también entra en un asunto que inquieta a Blythe: "normalmente se dice a los países en vías de desarrollo que dejen de tener hijos por el bien del planeta. Pero un estadounidense es 40 veces más contaminante que alguien de Bangladesh, por ejemplo", afirma el artículo, en la misma línea que el estudio de Murtaugh y Schlax. Por su parte, la británica condena que siempre que se ha intentado hacer un programa para reducir el exceso de población "ha sido desde la eugenesia, una medida colonial y violenta que quiere acabar con los que considera débiles y sobrantes". 

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Estar de luto por alguien que no ha nacido

"El dolor es devastador, me siento sola y estoy de luto. No puedo compartirlo con casi nadie porque me juzgan. ¿Por qué lloro por alguien que nunca ha existido? ¿Por el hijo que no voy a tener y que he escogido que no nazca? Nuestro mundo está en llamas, ¿cómo puedo darle vida al planeta moribundo?", se lamenta otra firmante de BirthStrike, Alexandra Hejazi. Por supuesto, tomar esta decisión no es fácil. En una entrevista que ofreció Blythe para Fox News la tacharon de loca, aunque ella se mostró satisfecha porque "a alguien le habrá llegado el mensaje aunque la mayoría no quieran entenderlo". 

Como siempre, el objetivo de estos activistas es llegar a un futuro en el que no tengan que hacer la BirthStrike. Sin embargo, lo ven lejano. Como añade Hannah Scott, de 23 años y también miembro de la plataforma en una entrevista: "estamos tristes, nadie tendría que verse en la situación de tener miedo a traer hijos al mundo".