Las devoluciones de ropa gratuita tienen los días contados

Sus costes son tan altos que algunas marcas incluso te dejan quedarte con las prendas que no quieres 

La política de devoluciones gratuitas nació como una estrategia de estimulación de la compra online. Las tiendas de ropa sabían que no te molaba nada pillarte unos pantalones o una sudadera sin saber cómo te iban a quedar, así que te dejaron comprar tantas cosas como desees y devolver luego todo lo que no querías sin coste alguno para ti. Como ir de compras pero desde tu casita. Un auténtico paraíso. Aunque no para las marcas. En la actualidad, el reinado de esta política está llevando a algunas de las grandes tiendas a la ruina.

Así lo explican desde el diario económico Cinco Días. Zalando, por ejemplo, "sufrió un incremento del coste por pedido del 10% en el primer trimestre por este motivo". Y la situación de Asos, otra de las tiendas virtuales líderes del sector, no es mucho mejor. En palabras de José Antonio Ramos Calamonte, CEO de la compañía, se está produciendo "un importante salto en las devoluciones, que ha tenido un desproporcionado impacto en la rentabilidad". En Boohoo la tasa de devoluciones alcanzó en el primer trimestre del 2020 un sonoro 35%.

Hay ciertos costes inasumibles

Las consecuencias están ahí. "Sean por uno u otros motivos, Zalando, Asos y Boohoo han sufrido importantes pérdidas en su cotización en el último año. La primera un 74%, la segunda un 82% y la tercera un 80%. En total, más de 27.000 millones de capitalización bursátil perdida entre los tres, con Zalando liderando las pérdidas con casi 19.000 millones", agregan desde Cinco Días. La inflación, la crisis de la energía y otros factores participan en este fenómeno, pero las devoluciones gratuitas masivas también. Es evidente.

Al fin y al cabo, las devoluciones tienen un alto coste económico para las empresas debido al transporte de recogida, al almacenamiento y al trabajo necesario para preparar nuevamente el producto para la venta. Hasta tal punto que, como apuntan en este medio especializado, "resulta más barato en términos de costes hacer la devolución del dinero y dejar que el consumidor se quede con el producto" que recogerlo para recuperarlo. De hecho, algunas empresas siguen esta estrategia. Pero tampoco es precisamente la salvación.

Por eso las marcas están comenzando a mover ficha. Inditex, grande entre grandes en el sector de la moda, comenzó hace unos meses a cobrar una tasa de casi dos euros por las devoluciones que no tengan lugar en sus tiendas. Zalando, por su parte, "extenderá la aplicación de un precio mínimo por pedido a la mayoría de sus 23 mercados". Es bastante previsible que el resto de marcas seguirán el mismo camino en los próximos meses. Pronto, los carritos llenos de prendas seleccionadas casi indiscriminadamente serán cosa del pasado.