El brutal mensaje de un jornalero que desmonta el discurso xenófobo de Vox

"Usted es el último de los españoles porque lo que hace es entrenar a los jóvenes para que sean racistas"

Viktor Orbán en Hungría. Donald Trump en los Estados Unidos. O Bolsonaro en Brasil. La ultraderecha más xenófoba y racista está reconquistando el espacio político perdido tras la Segunda Guerra Mundial. Las líneas rojas marcadas por Vox para dar apoyo al PP en Andalucía son una muestra tristemente inequívoca de ello. Entre otras lindezas, como derogar la ley contra la violencia de género, la formación liderada por Santiago Abascal exige la expulsión de los 52.000 inmigrantes en situación irregular censados por la Junta de Andalucía. Pero los inmigrantes andaluces no están dispuestos a guardar silencio.

Serigne Mamadou, un inmigrante de origen africano que trabaja en los campos de Sevilla, es un ejemplo de ello. Su vídeo interpelando a Santiago Abascal, al que no nombra porque “pronunciar su nombre por la mañana me trae mala suerte”, está viralizándose desde que fuera publicado ayer. “Son las siete menos algo y hace menos 3 o menos 4 grados. Esto es lo que hacemos los inmigrantes: trabajar. Buscar dinero para llevar a África, para que nuestra familia coma. No venimos para robar ni para vender droga ni para hacer nada malo a nadie.”, explica Mamadou con unas tijeras de trabajo en las manos y un huerto detrás.

“Ahora mismo estará durmiendo seguramente. 'Españoles primero'. ?¿Españoles primero? ¿Dónde estás tú ahora mismo? Primero voy yo porque estoy aquí en el campo dando caña. Usted es el último de los españoles porque lo que hace es entrenar a los jóvenes para que sean racistas y se maten con los inmigrantes”, dice Mamadou, muy consciente de, como explicamos en este vídeo, una de las claves del populismo ultraderechista: confrontar un 'nosotros' contra un ellos', crear una unión en base a señalar absurdamente a un enemigo común al que odiar. Y luego encumbrarse como salvadores de la patria atacando a ese enemigo.

Por desgracia, y a pesar de las muestras mayoritarias de apoyo, mucha gente compra ese discurso racista que promueve Vox. En Twitter pueden leerse mensajes como “mucha luz para esas horas, ¿no?” o “este buen hombre que se dedique a otra cosa que hacer vídeos porque en este no dice más que bobadas”. Pero Mamadou sabe muy bien lo que dice e invita a hacer piña entre la clase trabajadora sin importar dónde si haya nacido. Y esa es la clave que muchos sí han sabido captar. “Este es mi compatriota, hable el idioma que hable y tenga la nacionalidad que tenga”. Vox, en fuera de juego.