Tópicos sobre chinos que piensas y no te planteas que son racistas

Mitos como “seguro que son tiendas de la mafia”, “comen perro y gato” o “no se integran” que ya toca dejar de reproducir

La comunidad china es una de las más numerosas en España, acudimos asiduamente a restaurantes, bares y tiendas regentados por ellos y juegan un importante papel en nuestra cotidianidad y ocio. Según el Instituto Nacional de Estadística, son más de 215.000 en toda España y la cifra está en constante crecimiento. “La gente te llama chinita por la calle solo con la intención de jorobar”, decía Yue, una chica de 23 años, Instituto Nacional de Estadística. Entre las bromitas sobre el color de piel, las dudas sobre cómo financian sus negocios y comentarios que quieren rozar lo cariñoso, los chinos todavía sufren mucha discriminación.

Todavía conocemos muy poco de su cultura y estilo de vida. Las personas ajenas a su comunidad sueltan muchísimos tópicos que alimentan los prejuicios. ¿Quién no ha escuchado alguna vez “seguro que son tiendas de la mafia”, “comen perro y gato” o “no se integran”? Para acabar con todos estos falsos mitos racistas, Usera, el barrio con la mayor concentración de población china de Madrid ha promovido la campaña Usera Anti-Rumores. Animados por esta campaña, eldiario.es ha desmontado Usera Anti-Rumores 3 de los más comunes.

1. “Sus negocios son lavado de dinero”

Gladys Nieto, profesora de Antropología China en la Universidad Autónoma de Madrid, asegura a eldiario.es que este es un tópico más que responde a la desconfianza que siente la población hacia la comunidad china. Creen que en sus negocios “no entra nadie” y que “son lavado de dinero”. La realidad es que si hay pocos clientes lo compensan trabajando muchísimas horas y con precios baratísimos, de los cuales tienen un margen de beneficio muy pequeño.

Así lo confirma Usera Anti-Rumores en el artículo. Según la plataforma, existe el mito que los negocios chinos no pagan impuestos y que son tapadera de mafias porque  “hay un cierto resquemor de los comercios de toda la vida que van cerrando y ellos aguantan”. Sin embargo, no es porque sean lavado de dinero o porque no paguen impuestos “es porque trabajan más barato y no hacen otra cosa”.

Este desprecio hacia sus negocios no es solo verbal. Va más allá de poner en duda su honestidad comercial. “Les roban mucho. Están hartos de los robos”, explica Nieto. Por eso hay tantas cámaras en sus tiendas, porque cualquier pequeño robo supone perder muchas horas de trabajo y no sacar ningún beneficio económico de su esfuerzo.  

2.  “En sus restaurantes hay carne de perro, gato y paloma”

"Los chinos aquí no comen gatos ni perros. No es de verdad. No existe. Eso es mentira”, denuncia Xu Son Ling, presidente del Centro de Mayores de Usera en el artículo de eldiario.es. Todo surge porque en China hay un pueblo que en un festival se come un tipo de perros y se ha extendido el mito por el desconocimiento general que hay de la cultura asiática.

Nieto añade que la mayoría de los tópicos que afectan a la diáspora china son sobre su comida. "Está asociada esa idea de que efectivamente es así, de que se comen todo lo que camina y de que efectivamente en España te dan gato", añade. Estos mitos empezaron en los 90 y se perpetúan en la actualidad: todavía hoy en día es un chiste recurrente asegurar que “no sabes qué tipo de carne te van a poner” cuando vas a comer a un restaurante chino o compras en una carnicería china.

En realidad, tampoco sabes lo que lleva una hamburguesa de la carnicería, pero no lo ponemos en duda si quien la vende es un español.

3. “No se quieren integrar”

José María Fernández, coordinador del programa de mediación intercultural de Usera, desmiente el bulo a eldiario.es. “Es difícil integrarse cuando te pasas 18 horas en un comercio”, pero es prácticamente imposible cuando no conoces el idioma

Esto, claro está, es para las primeras generaciones de migrantes, porque ahora sus hijos saben castellano, van a institutos y escuelas locales y muchos se sienten españoles. Aun así, para las personas mayores migradas de China, salir a interactuar con la población autóctona, incluso tantos años después, les despierta inseguridad. “Se han pasado toda la vida trabajando, de casa al trabajo y de trabajo a casa, se sienten muy inseguros incluso saliendo de Usera”, explica el artículo.

Por eso, hacer que este colectivo que tantos años lleva aquí no se siga sintiendo como un extranjero es responsabilidad de todos. Como advierte el artículo, las segundas generaciones de chinos sufren especialmente por estos racismos, porque se identifican tanto la cultura china como la española, pero se pone en cuestión su pertenencia a la segunda por el simple hecho de haber nacido en el seno de una familia china. Eliminar estos tópicos y estereotipos debería ser obligatorio para todos aquellos que no pertenezcan a la comunidad china. Y quizá así lograr un país que logre incluir a todos sus ciudadanos, independientemente de sus tradiciones culturales o familiares.