¿Cómo Viviremos Si Seguimos Cargándonos El Planeta?

Cuando nos imaginamos el futuro, vemos ciudades con metros pasando entre los rascacielos, pantallas volátiles que se activan con un simple toque o una sociedad conectada únicamente vía Internet. Sin embargo, a esta imagen, le acompaña otra dura reali

Cuando nos imaginamos el futuro, vemos ciudades con metros pasando entre los rascacielos, pantallas volátiles que se activan con un simple toque o una sociedad conectada únicamente vía Internet. Sin embargo, a esta imagen, le acompaña otra dura realidad: la destrucción de nuestra casa, la Tierra.

El impacto del hombre en los ecosistemas ha aumentado el doble en los últimos cuarenta años. El siglo XXI puede ser una pesadilla si no actuamos rápidamente. Tenemos dos décadas para dar un giro. Si no lo hacemos, se nos vendrá encima una situación difícil. De momento, la atmósfera y el océano se están calentando, los volúmenes de nieve y hielo están disminuyendo y el nivel del mar se eleva. Pero es solo el comienzo.

El futuro del planeta nos lo jugamos en las ciudades. Vamos a pasar del 50% a más del 70% de población urbana.

"Tenemos una oportunidad en los próximos 20 años de construir una manera más atractiva de vivir; de lograr ciudades menos congestionadas, más eficientes, donde la gente se mueva en transporte público o en bicicleta, o en coches eléctricos sin conductor”, explica el venerado economista Nicholas Stern.

De no hacerlo, este es el futuro que nos depara:

Ciudades envueltas de contaminación

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Aunque ya estamos acostumbrados a ver ciudades de China bajo un manto de gases de dióxido de carbono y metano en forma de niebla, en el futuro esto puede afectar a todas las grandes metrópolis. Uno de los principales impulsores del cambio climático es la emisión de gases de efecto invernadero desde el sector energético, el transporte y el cambio de usos del suelo, ligado a la deforestación.

Cada día vertimos 2 millones de toneladas de residuos, algo que el planeta es incapaz de digerir. La última desgracia, la existencia de un tóxico lago negro en Mongolia, a causa de los desechos de los minerales con los que se crea la tecnología electrónica, como los smartphones.


Aumento de las temperaturas

La temperatura a final de siglo habrá aumentado entre 3,7 y 4,8 grados por la contaminación masiva. El planeta bate todos los récords de temperatura mes tras mes. Para evitar unas consecuencias desastrosas, los científicos han fijado en 2 grados el aumento máximo que el planeta se puede permitir en 2100. Para ello, se necesita recortar las emisiones entre un 40% y un 70% en 2050 y llegar a un nivel cero a final de este siglo.


Inundaciones y sequías

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Los científicos anuncian que un planeta más caliente tendrá menos precipitaciones en forma de nevadas, que liberan agua lentamente a medida que se funden, y sin embargo, más en forma de fuertes lluvias, lo que desencadenará grandes inundaciones.


Aumento del nivel del mar

De aquí a 2100, el nivel de los océanos se elevará entre 26 y 82 centímetros, según afirma el Intergovernmental Panel on Climate Change IPCC. Con un alza de más de 2 grados de la temperatura mundial, zonas actualmente pobladas por 280 millones de personas quedarían sumergidas. Esos cambios se darían en un plazo de unos 2.000 años.


Pérdida de recursos naturales

Ya hemos deforestado 13 millones de hectáreas de bosque y hemos acabado con el 52% de las reservas de pescado del mundo. Además, el modelo de agricultura intensiva que se practica ha acabado con el 40% de los ecosistemas de agua dulce. Las generaciones futuras dejarán de conocer multitud de especies animales.


Devastadoras consecuencias económicas

Si aumentamos más de dos grados la temperatura actual, el PIB mundial tendría una caída del 3%, según el economista Nicholas Stern. En estos momentos, las inversiones en combustibles fósiles no son seguras, pues si en un futuro se decide optar definitivamente por las renovables, estas entrarán en una gran crisis. Por si fuera poco, el caos provocado por las nuevas catástrofes naturales provocará una incertidumbre en la inversión en las Bolsas.


Grandes migraciones hacia el norte

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La subida de las temperaturas puede hacer que grandes cantidades de terreno en Siberia o Canadá sean cultivables, lo que provocará que reciban nuevas olas de inmigración, ya que otras partes del mundo como el sur de Europa y parte de España, se habrán convertido en un desierto.


Multitud de refugiados

A raíz de todos estos problemas, se crearán tensiones entre los distintos países. Los conflictos provocados por la penuria de agua o rendimientos agrícolas podrán derivar en guerras o migraciones masivas como está ocurriendo actualmente en Siria.


La solución: ciudades inteligentes

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Para cambiar esta tendencia, tenemos que cambiar nuestros hábitos. Así que no nos queda otra que optar por una ciudad ecológica. La tecnología no solo se ha de usar para el ocio. Necesitamos grandes inversiones en nuevas tecnologías para que las renovables sean más baratas, para mejorar el almacenaje de energía y tener redes inteligentes que favorezcan la sostenibilidad del planeta.

Estas ciudades ya empiezan a ser una realidad con proyectos como el observatorio de delfines de Dublín, que estudia la calidad del agua de la Bahía de Galway y la forma de conocer las especies que pescar en cada momento; la instalación de paneles de control en los que se recogen datos y se informa de la gestión de residuos; el uso de la energía como por ejemplo hacer un consumo inteligente del agua California; o diseñar un sistema de transporte inteligente como ya se está realizando en ciudades chinas como Zhenjiang.