Históricamente, en las guerras, las mujeres siempre estaban en el lado de las víctimas junto con los ancianos y los niños. Eran las que esperaban en casa, las que curaban a los soldados heridos y las que padecían indefensas las crueldades de la violencia. Sin embargo en las últimas décadas las mujeres también han empuñado las armas para formar parte de ejércitos regulares así como de guerrillas que luchan por diferentes causas a lo largo y ancho del planeta. Ojalá no hubiera que contar su historia porque no hiciera falta que nadie disparara a nadie, pero como nuestro mundo todavía está lejos de esa utopía, allá va la historia de algunas mujeres guerreras.
Guerrileras Kurdas

Si el autodenominado Estado Islámico De Irak y Siria y conocido como ISIS por sus siglas en inglés aún no ha avanzado en su conquista de territorios como sus líderes mesiánicos prometían en sus videos de lo más escabroso, se debe en parte a un grupo de mujeres: Las guerrilleras kurdas relacionadas con el PKK el partido kurdo de los trabajadores considerado por Turquía un grupo terrorista que según algunos datos suman un total de 10.000 mujeres armadas.
No se trata de algo nuevo, de hecho estas mujeres que luchan en plena igualdad con los hombres, llevan años peleando por la liberación del pueblo Kurdo contra Turquía, Siria, Irán e Irak. El pueblo kurdo está conformado por algo así como 50 millones de personas y con más o menos fuerza y distintas estrategias intenta independizarse desde el año 1922.
En los últimos tiempos, son cada vez más las mujeres kurdas y no kurdas que se unen a la causa de liberación nacionalista tras ver como su pueblo ha sido masacrado tanto por el ISIS como por los estados que les rodean. Se entrenan en campos para mujeres y son y no kurdas.
Guerrilleras de las FARC

Tras el fallido referéndum por la paz en Colombia, a día de hoy y con toda probabilidad, las guerrilleras de las FARC son las mujeres armadas más famosas del mundo. Según estadísticas ofrecidas por la propia organización libertadora, para unos, o terrorista, para otros, las mujeres dentro del grupo supondrían entre el 35% y el 40%. También, según declara Victoria Sandino, una de las líderes de la guerrilla, en las FARC ellas tienen los mismos derechos que ellos y si hay batalla pelean "igual de bravas".
Con todo, cuando sale el tema de las mujeres dentro de las FARC una negra sombra lo difumina todo. Hay voces como la del periodista ucraniano Oleg Yasinsky, que confirman que las relaciones entre los hombres y las mujeres de las FARC "son muy francas y cada persona tiene el derecho de elegir a su pareja, de vivir con ella o bien de separarse". Sin embargo hay otras como la de la periodista colombiana Salud Hernández-Mora que asegura que las mujeres en las FARC viven una vida totalmente miserable. Son engañadas, abusadas, utilizadas y muchas que quieren marcharse son obligadas a quedarse. Algunas de las guerrilleras ingresaron a la edad de 13 años en las FARC y son utilizadas como objetos sexuales, relata Hernández-Mora.
Guerrilleras en Donbass

¿Colombia? ¿Kurdistán? Más cerca de lo que nos creemos existen mujeres que también empuñan armas para defender su causa. Al este de Ucrania pese a que se pactó un cese del fuego entre los separatistas prorrusos y el ejército proeuropeo, las hostilidades todavía no han terminado.
Nadie habla ya de esta guerra, y desde Occidente se trata de tergiversar con frecuencia la información que llega a nuestros oído, dando credibilidad solamente a uno de los bandos. Desconocemos por ejemplo que en Donbass el bando rebelde han surgido las llamadas milicias populares entre las cuales las mujeres tienen un papel fundamental en lo que respecta a la maquinaria de guerra y en la organización de la vida en general.
Con el exilio masivo de la juventud, el alistamiento y el alcoholismo, las mujeres son quienes mueven el cotarro en ciudades como Alchevsk. Incluso tras los momentos álgidos del conflictos que las llevó a crear barricadas en la calle, han creado batallones conformados exclusivamente por mujeres.
Pese a estos ejemplos, la guerra sigue siendo cosa de hombres. No se trata de reivindicar que las mujeres maten igual que los hombres, sino de que la guerra desaparezca como intento de solución a un conflicto internacional.