Instagram, verano, el sol y la playa. Un romántico atardecer sobre una cala bonita y solitaria. Todo es perfecto, pero, un momento… ¿Qué es eso que hay ahí en medio que no me deja apreciar el paisaje? Ah, sí. Tu cuerpazo resultado de los 40 euros que dejas cada mes en el gimnasio. Has pasado de los selfies en el lavabo de tu casa a las posturitas a la orilla del mar con la mirada perdida en el horizonte y con el culo estratégicamente en pompa. Y te crees de lo más casual e innovador.
No me malinterpretes, yo me alegro de corazón de la recompensa al esfuerzo y dedicación al ejercicio y la vida sana de cada uno. El problema es que entro en Instagram y las fotos de algunos/as son excesivamente provocadoras. A veces ya no sé si estoy en Instagram o en la antesala de Pornhub. Créeme que en tres semanas de tiempo veraniego he visto nalgas femeninas y oblicuos masculinos suficientes como para un año.
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Y llegados a este punto, cada cual es libre de hacer con su cuerpo lo que mejor le parezca y si alguien quiere subir una foto en ropa interior, pues lo hace aunque no sea modelo de lencería. Simplemente de gratis, porque Instagram lo permite y muchos usuarios lo agradecen, visto lo visto. Basta ver muchos perfiles en los que las fotos con más ‘likes’ son aquellas donde se enseña más carnaza. Da igual la calidad de la imagen. La imagen donde hay chicha siempre gana frente a otra con un propósito menos 'gratuito'.
Un exhibicionista con unos cuantos miles de seguidores sabe que sus fans esperan su dosis diaria. A veces ni siquiera hace falta que se vea la cara del susodicho. Ya está la foto colgada y empieza la cadena: Babeo, excitación, la comparto con los/las colegas por el grupo de Whatsapp. Y llega la parte que me disgusta de verdad: comentario obsceno. “Te reventaba” o “te la metía hasta el fondo” son lo más suavecito que se lee en algunas cajas de comentarios. ¿Cómo debe de llevar esta situación la pareja sentimental de estas personas que muestran su cuerpo de esta forma? ¿Le sientan bien esa clase de comentarios hacia su compañera? Entiendo que no.
Is that.. Puppy dog underwear? 😍🐶 Photo of @luke_toniolo by @jake_od #menandcoffee
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La culpa no es de la persona que cuelga la foto. El culpable del comentario es el autor del mismo, y nadie más. La verdadera cuestión es si quien cuelga esas fotos lo hace precisamente con el fin de que ‘le regalen los oídos’ de esa manera. En cuyo caso, no se puede esperar que su pareja se sienta, lógicamente, tranquilo o seguro al lado de su novio/a - proyecto de instagramer.
Desde luego que se requiere de una capacidad de entendimiento mutuo y ausencia de celos al 200% para que no surjan discusiones. Si tu pareja es una exhibicionista en Instagram y no piensa dejar de serlo, tienes dos opciones. 1 sencillamente cortar esa relación - o ni siquiera la empieces- si eso te va a hacer sufrir, o 2 aceptarlo y aprender a gestionar tus celos y la necesidad de autoestima pública de tu pareja.
A pesar de que la libertad es casi ilimitada a la hora de enseñar chicha en Instagram, la verdad es que muchas fotos dejan un sabor a innecesario. El que cualquier persona de este mundo pueda acceder a un perfil abierto para deleitarse con la intimidad corporal de esa persona, que su familia o la familia de su pareja no hablemos ya de empresas susceptibles de contratarle vean cientos de fotos donde lo único que se muestra es un culo resultón o unos abdominales tan apretados donde se podría rallar queso, NO es necesario. Tenerlos y enseñarlos es una cosa, focalizar toda la atención en eso constantemente es otra.
En Instagram se ha demostrado que todo el mundo tiene derecho a lucirse. Lo hacen menores de edad, gente que no se dedica al mundo de la imagen pero que lo pretenden, lo hacen esos que dicen “yo me cuido para gustarme a mí, no porque busque la aprobación de los demás”, pero que cuando ven que una foto provocativa atrae a nuevos seguidores y más ‘likes’ la cosa cambia. Lo hacen todos aquellos que se enorgullecen de su físico y eso, a pesar de todo lo demás, me parece genial. Aún así, esta tendencia la sigue cada vez más gente a nuestro alrededor. Muchos han decidido cosificarse para ganar más atención.