En los últimos años, hemos observado que cada vez es más importante la incursión en las empresas de técnicas sociales o relacionadas con la psicología, las cuales se están convirtiendo en todo un modelo de gestión y evaluación. Los directivos, así como los elementos de los “talents programs” o recursos humanos, otorgan progresivamente más importancia a las habilidades sociales y concretamente a la inteligencia emocional, empatía o control del individuo dentro de los negocios o como forma de alcanzar objetivos que van más allá de los puramente económicos o de resultados.
Así pues, en esta nueva cultura empresarial que se expande por todas las empresas grandes y pequeñas se empieza a hablar de proyectos en lugar de empleo, de colaboradores o socios en lugar de empleados y de líderes, o de gestores en lugar de jefes. Son estos últimos precisamente los encargados de orientar los valores de la empresa y de identificar los talentos y empleados modelo para después canalizar la aportación de valor individual hacia una suma de valor total que defina a la empresa como estructura horizontal, esto es, un sistema de colaboración entre iguales, y no como una mera organización jerárquica.
La inteligencia emocional es usada, además de las relaciones y formas de trabajo entre los empleados y responsables, también entre la propia organización y los clientes, donde la atención al cliente cobra un papel primordial en estructura empresarial. Es en este departamento donde mayor implantación se está viendo en las empresas de hoy, y la razón es bien sencilla: las relaciones con el cliente han cambiado sustancialmente, desde una posición dominante de la empresa frente a los consumidores hacia un sistema de relaciones “de tú a tú” en la que la opinión, difusión y expansión de la satisfacción del cliente puede herir gravemente o, por el contrario, aupar a la empresa.
Ya hemos visto algunas razones por las que es importante la implantación de valores sociales como la inteligencia emocional tanto en el interior como en el exterior de la empresa, es decir, tanto entre los empleados como en la relación final con el cliente. Ahora veremos de forma clara la importancia:
1. Genera un clima de confianza general en la empresa
Esto provoca que haya una mayor fluidez de comunicación y los colaboradores se sienten más cómodos y valorados.2. Los empleados se sienten como una parte importante de la empresa
Esto hace que dejen atrás su consideración de eslabón débil, y se sitúen en una relación “win to win”; cuanto mejor le vaya al empleado, mejor le irá a la empresa.3. La motivación una de las bazas de la inteligencia emocional.
Si un colaborador está más contento con su trabajo, tratará de aunar esfuerzos para conseguir los objetivos de la empresa, será leal con esta y además intentará de cualquier manera conservar su empleo, por lo que la productividad realmente crecerá. Según algunos estudios, un empleado motivado y contento es hasta 2,5 veces más productivo que uno que no lo es. Los trabajadores ponen su influencia a disposición de la firma para el propio crecimiento de esta.4. Las relaciones inter e intraempresariales mejoran sustancialmente
Se eliminan posibles problemas que puedan surgir y se limita la capacidad de trabajo. Además, mejora la comunicación y bienestar de los colaboradores.5. Se forman equipos de trabajo mucho más responsables
Estos equipos gozan de autonomía interna y están focalizados en las necesidades de los clientes, así como en la mejora del trato con este. El cliente, como decíamos anteriormente, pasa a ser el epicentro del proceso.6. Podemos observar e identificar aquellos empleados sobresalientes
Es decir, aquellos que cuenten con liderazgos y talentos que no podrían definirse sin una política activa de recursos humanos y gestión del talento, donde se consiga además de lo anterior, una mayor libertad y autonomía del empleado así como la búsqueda y aparición de nuevos valores cada vez más importantes como la creatividad.En definitiva, la orientación de los empleados da resultados, tratando que se tomen a la empresa como su propia casa, lo que origina que estos pongan cuerpo y alma para mejorar todos los rincones de las organizaciones. Por otra parte, son las relaciones con los clientes las que definen y evalúan a las empresas con respecto a los competidores, que el cliente deje de ser un miembro débil o con un modelo donde sea el centro y lo más preciado.
Crédito de la imagen: Worlventures