La Santa Sede es un paraíso fiscal donde algunas personas religiosas y otras no tan devotas se frotan las manos mientras se les llenan los bolsillos; especialmente aquellos que generan dinero a través de fuentes un tanto sospechosas. No obstante, desde que el papa Francisco llegó al poder en 2013, se planteó seriamente la posibilidad de eliminar estos beneficios económicos, entre los que se incluyen el secreto bancario. Esto último es algo que no gusta a determinados sectores de la Iglesia, que están haciendo todo lo posible por evitarlo. Nos referimos a los lobos vaticanos.
Paraíso fiscal
Empecemos de cero. Un paraíso fiscal es un territorio o un Estado que exime del pago de impuestos a inversores extranjeros. ¿Qué quiere decir esto? Que dichos territorios inflan sus arcas, pero en realidad ocultan una parte muy importante del PIB gracias al lavado de dinero. El secreto fiscal tiene mucho que ver en este asunto. Suiza, Liechtenstein, Mónaco, Hong Kong, las Bahamas, Islas Mauricio, Islas Caimán, Islas Seychelles... son solo algunos de los ejemplos más conocidos del planeta. dinero también se incluye entre ellos y se estima que se encuentra en la octava posición entre los paraísos fiscales que mueven más cantidades económicas.
El Vaticano
Como acabamos de decir, El Vaticano es uno de estos paraísos fiscales pero tiene una serie de particularidades. Por ejemplo, goza de la ventaja de situarse en el corazón de Roma sin realmente estar en Italia. Asimismo, los fines católicos de la Iglesia pueden ser una bonita máscara para ocultar la cruda realidad o procedencia del dinero.
Banco vaticano
La pregunta es: ¿por qué El Vaticano tiene un banco secreto? Este se fundó en 1942 y desde el principio se redactaron los estatutos para que ni el Papa tuviera acceso directo a su administración. Hay bastantes sospechas de que guardase dinero nazi durante la Segunda Guerra Mundial y muchas dudas como por qué la entidad más grande del mundo necesita un banco. Sectores automovilísticos importantes como Fiat o Alfa Romeo forman parte del patrimonio, al igual que joyerías de lujo como Bulgari o bancos de inversión como Pall Mall. ¿Por qué?
Papa Francisco
El Papa Francisco está dispuesto a convertir el IOR Instituto para Obras de la Religión, es decir el banco vaticano en lo que no ha sido nunca: una institución transparente. Para ello cuenta con el apoyo incondicional de un cardenal australiano, George Pell, quien ya ha llegado a acuerdos bancarios con paraísos fiscales europeos para ponerle fin.
Lobos vaticanos
Los lobos vaticanos son los sectores más poderosos de la Curia y parece ser que serían los principales perjudicados en el caso de que se revelase el secreto fiscal. El papa Francisco va en serio y ya ha empezado por cerrar 3.000 cuentas sospechosas y congelar otras 2.000. Por ese motivo, los lobos están haciendo lo que sea para evitarlo, aunque rueden cabezas. Ahora las filtraciones intentan debilitar a Pell.
Justo en el momento en el que se anunció que las negociaciones estaban muy avanzadas para poner fin al paraíso fiscal surgieron voces con sus supuestos sueldos a colaboradores, derroches en vuelos... ¿Casualidad? Parece ser que estos lobos también tuvieron su peso hace unos años cuando Benedicto XVI manifestó ideas contrarias a las suyas y aprovecharon los escándalos de pederastia para criticarle en la sombra hasta que abandonó la Santa Sede. Así que no se descarta que el papa Francisco sea su próximo blanco.
Crédito de la imagen: contrainfo.com