Seguro que has oído hablar de 'El Triángulo de las Bermudas', una zona geográfica entre Puerto Rico, Miami y las Islas Bermudas conocida por numerosas desapariciones que fomentaron misteriosas leyendas y teorías al respecto. Aunque las estadísticas indican que en esta zona no hay más desapariciones de barcos o aviones que en otras del mismo tráfico, está claro que a las personas nos encantan las teorías conspirativas más que a un tonto un lápiz. Sin embargo, hay un lugar en la Tierra en el que sí se dan sucesos de este tipo más a menudo que en el triángulo del Atlántico y del que se habla mucho menos: el 'Triángulo de Alaska'.

Según cuentan distintas webs especializadas en el misterio, la tasa de personas y vehículos desaparecidos en el estado más septentrional de Estados Unidos es 16 veces mayor a la de la media de todo el país. Aproximadamente, una persona se esfuma cada mes en este territorio frío y hostil que se sitúa entre las localidades de Anchorage, Barrow y Juneau. Una zona con intensa actividad geológica y sísmica en torno al círculo polar ártico por lo que en su horizonte no se pone el sol durante varios meses en una determinada época del año.
Algunos científicos argumentan que esta podría ser una de las causas de las desapariciones y los fenómenos extraños, ya que no solo no se hallan los cuerpos de los desaparecidos, sino que tampoco se encuentran sus ropas ni los vehículos. Según los expertos, el hecho de que el sol esté presente durante tanto tiempo irradiaría una la cantidad de electromagnetismo suficiente para crear vórtices energéticos más potentes.

Además de teorías que hablan de seres mitológicos que atrapan a las personas y las destrozan, la teoría de los vórtices electromagnéticos es una de las más extendidas. Según esta, existen diferentes zonas en la Tierra como el Triángulo de las Bermudas, el de Alaska, la Isla de Pascua o las Pirámides de Egipto que, por encontrarse cerca de los polos, el ecuador o sobre placas tectónicas, emiten corrientes electromagnéticas extremas que provocarían confusión, visiones y desorientación en las personas así como desajustes en los motores e instrumentos de navegación de los aviones.
Lo cierto es que el mundo sigue sin saber si el caso del Triángulo de Alaska es cosa de una fuerza mayor o simplemente leyendas que se han ido alimentando sobre unas cuantas personas desorientadas en una zona complicada. Mientras tanto, muchas personas seguirán sin volver de aquella tierra cada año.