No importa la edad que tengas en este momento ni lo segurx que estés de las decisiones que andas tomando últimamente. Apúntate esto en la cabeza: algún día mirarás atrás y te arrepentirás de algunas de ellas. Es inevitable. Lo es porque no te llevarán a los resultados que esperabas. A la vida con la que soñabas. Frases como “si pudiera volver atrás haría aquello” o “ojalá pudiera hacerlo de esa otra forma” surgirán en tu mente de vez en cuando. Y ojo: existen decisiones de las que es bastante más probable arrepentirse. Como por ejemplo la elección de algunas carreras universitarias específicas. Las estadísticas muestran que son decisiones muy arriesgadas a largo plazo.
De todas ellas, de la inmensa lista de estudios disponibles en nuestro país, la que registra un mayor número de personas arrepentidas es la carrera de Periodismo, con un tremendo 87%, según una encuesta llevada a cabo conjuntamente por el portal de empleo ZipRecruiter y Linkedin. Piénsalo bien. Casi nueve personas de cada diez que se matriculan en la universidad para convertirse algún día en periodistas se arrepienten años más tarde de ello. ¿El motivo? Principalmente la escasez de oportunidades laborales y las condiciones que rodean a esos pocos trabajos que se presentan. La gente sueña con dedicarse a contar buenas historias, pero resulta muy difícil abrirse paso.
El problema del mercado laboral
Le sigue la carrera de Sociología, que registra un porcentaje de estudiantes arrepentidxs del 72%, exactamente el mismo que para las carreras relacionadas con el arte como Bellas Artes o Historia del Arte. Comunicación, con un 64% de arrepentimiento, y Magisterio, con un 61%, se encargan de cerrar este top cinco maldito. Pero atención: entre quienes estudian grados relacionados con la documentación y grados que giran alrededor de lo audiovisual también se da una significativa tasa de arrepentimiento. Por encima del 50% en ambos casos. Y detrás están los mismos motivos de siempre: la empleabilidad. A nadie le mola estudiar a tope cuatro o cinco años para terminar en el paro.
De hecho, una de las cosas que comparten la mayoría de personas que se arrepienten de haber estudiado lo que estudiaron, y que en España asciende al 38% de todos los solicitantes de empleo con titulación universitaria, es la determinación de matricularse en carreras técnicas como informática u otras ingenierías para garantizarse buenas oportunidades profesionales y económicas. El tortazo del mercado laboral despierta las ganas de asegurarse un futuro tranquilo, incluso si es a costa de renunciar a trabajos soñados. No en vano, el número de personas que estudia humanidades está descendiendo en todo el mundo. Nos dirigimos a una sociedad más práctica y menos romántica.