¿Joven y desempleadx? Eres más susceptible a los mensajes falsos

Tu nivel de estudios y las horas que pasas en la red también influyen en tu vulnerabilidad a la mentira

Eres aquello de lo que te alimentas. Y en esta era tan vertiginosa, en la que te ves expuestx cada día a una cantidad masiva de información, te estás alimentando de muchísimos mensajes falsos. De hecho, como explica Robert Gelado, profesor titular de comunicación en la Universidad CEU San Pablo, en una publicación para Telos, la revista de la Fundación Telefónica, “en un informe elaborado por el MIT se señalaba que las noticias falsas tenían un 70% más de probabilidad de retuitearse que las noticias verdaderas”. Esto resulta lo suficientemente alarmante. Sin embargo, la peor noticia para ti es que la juventud y la situación de desempleo son factores de riesgo para tragarse estos bulos.

Así lo ha demostrado una investigación financiada por la Fundación Luca de Tena y Facebook. En palabras de Gelado, “al respecto de la edad, se comprobó que los jóvenes eran el grupo de edad más vulnerable a la desinformación y que el colectivo de adolescentes era particularmente el que más sucumbía a los mensajes falsos”. Quizás porque hacen un consumo aún más veloz de la información que hay por la red, dificultando así la posibilidad de realizar un análisis crítico de la misma. Quizás porque han nacido con Internet entre las manos y no han asimilado del todo que se trata de una selva con mucho bueno y mucho malo. En cualquier caso, ser joven es un riesgo.

Como también lo es una situación económica desfavorable: “Sobre la posición económica se descubrió, como por otro lado ya se hipotetizaba, que una situación favorable parecía reducir la vulnerabilidad a la desinformación, con los desempleados y los inactivos como los subgrupos con más nivel de vulnerabilidad”. Nuevamente, no hay en estos momentos una explicación lógica a este fenómeno. Simplemente se sabe que es así. Tal vez la desesperación y la inestabilidad, compañeras en muchos casos del estar sin curro, puedan incrementar la probabilidad de aferrarse a mensajes falsos esperanzadores. O de interiorizar como válidos ciertos mensajes catastrofistas. Quién sabe.

Aunque son los dos factores de riesgo más potentes, hay otros en la lista: también “se observó que, a menor nivel de estudios, existía un grado ligeramente superior de vulnerabilidad hacia la desinformación”, lo cual tiene bastante sentido, pues generalmente el mundo académico te va dando herramientas críticas con las que enfrentarte al mundo con mayor seguridad. Además, también hay una correlación muy clara entre el número de horas diarias sumergidx en internet y la vulnerabilidad a la desinformación. Pasar demasiado tiempo ahí dentro debilita tu criterio para determinar qué es verdadero y qué no. Y es bastante peligroso. Al fin y al cabo, los mensajes falsos afectan a tu visión del mundo y a tu toma de decisiones.