Estrategias para decir no en el trabajo

Impleméntalas cuanto antes para no caer presa del burnout laboral

Quien abusa de alguna manera de otra persona siempre es culpable. Y punto. La responsabilidad no es de la víctima. Sin embargo, contar con mejores herramientas de defensa disminuye evidentemente las probabilidades de sufrirlo. También en el trabajo. ¿Llevas una temporada con una carga de curro impresionante que casi te sale por las orejas? ¿La presión resulta casi insostenible y todos los días que acudes a la oficina fantaseas con dimitir y olvidarte de ese lugar para siempre? ¿Tienes unx jefx tóxicx que no para de presionar y presionar desde el minuto uno y hasta el final de la jornada? En Business Insider han reunido a varixs expertxs para hallar mecanismos de protección.

Y el primero de ellos es un básico del kit de autopreservación del ser humano: pedir ayuda a otras personas. Como asegura en este medio Jessica Kriegel, jefa científica de cultura laboral de Culture Partners, “si te asignan tantas tareas que no sabes cómo vas a poder realizarlas, no pasa nada por pedir ayuda”. El instinto primario te llevará a intentar hacerlo tú todx para ser percibidx como alguien profesionalmente válido, pero la cantidad de trabajo que han puesto sobre tus hombros es una barbaridad y tus jornadas laborales no deberían ser sesiones heroicas. Habla con tus compañeros. El trabajo en equipo se inventó precisamente para redistribuir las funciones. Aprovéchalo.

No estás solx: implica a otros en tus tareas

Pero sobre todo, y este es el segundo mecanismo mencionado tanto por Kriegel como por Alexandra Levit, consultora de empresas y de empleo, implica a tu superiorx en el problema que tienes. Descríbele todo el trabajo que tienes pendiente. Detállale los plazos con los que cuentas para completarlo. Explícale quién te ha solicitado cada cosa. De esa manera le permitirás comprender en qué situación te hallas y contará con una imagen completa del problema. Lo más lógico sería que modificara las prioridades según la importancia y que pasara algunas de las tareas secundarias a otrxs trabajadorxs. Porque algo ha salido mal en la asignación y lo has pagado tú.

Por supuesto, existe la posibilidad de que la sobrecarga provenga directamente de esx superiorx, que no empatice con tu agotamiento y que no te ponga las cosas nada fáciles. En esos casos, y según S. Chris Edmonds, consultor ejecutivo y director general de The Purposeful Culture Group, lo más adecuado es ponerse las pilas y comenzar a radiografiar el mercado en busca de otras oportunidades. “Mi opinión es que, si no se está contento ahora, es poco probable que la cosa mejore en los próximos 6 a 18 meses”. Al fin y al cabo, ni las personas ni las empresas pasan del nivel desastre al nivel encanto de inmediato. Y no estás para seguir aguantando mierda.