Suicidarse Y Otras Atrocidades Que Se Retransmiten En Directo Por Redes Sociales

El mayor cambio de rumbo que puede hacer alguien con su vida es, sin duda, acabar con ella. Es una decisión personal y delicada que prácticamente la mayoría no serían capaces de tomar.

El mayor cambio de rumbo que puede hacer alguien con su vida es, sin duda, acabar con ella. Es una decisión personal y delicada que prácticamente la mayoría no serían capaces de tomar. La intimidad del potencial suicida es dura. ¿Pero qué ocurre cuando se rompe esa barrera? ¿Y si alguien, en ese momento de privacidad en el que consigue alinear cuerpo y mente para quitarse la vida, lo retransmitiera en directo? Eso es lo que ha pasado en Francia.

Quien dijo llamarse Oceane, con apenas 19 años, retransmitió por streaming su suicidio a través de la app Periscope. Desde Egly, una población al sur de París, la joven abrió las puertas de par en par al visionado de su muerte a través de su smartphone. Se quitó la vida lanzándose frente a un tren.

Para llegar hasta ese punto, Oceane aseguró haber sido violada. Estaba sentada en un sillón, hablando, con su decisión tomada. “Este vídeo no está hecho para hacer ruido”, afirmó ella, sino “para hacer reaccionar a la gente, abrir las mentes”. Se trata de un extracto que puede encontrarse en YouTube. El vídeo fue suprimido de Periscope.

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La policía francesa fue alertada por un usuario que estaba viendo el streaming de Oceane a través de la aplicación, pero nadie pudo evitar a tiempo el último acto de la joven. Un último acto en el que, además, ella consiguió grabar su gesto mientras se arrojaba contra el tren.

El debate ha sido largo y tendido en Francia estos días. La protección que reciben los jóvenes usuarios de las redes sociales preocupa a los mayores y expertos. Algunos creen que una aplicación como Periscope les queda grande a los adolescentes. Si un suicidio es un asunto de gravedad para con la víctima, cómo de grave puede llegar a ser querer que varios desconocidos asistan al espectáculo. El progreso tecnológico ha conseguido permitir a cualquier persona revelar su intimidad prácticamente sin limitaciones. Si a eso le sumamos el creciente exhibicionismo que padece la sociedad con tal de acumular seguidores, ya tenemos los ingredientes.

No es la primera vez que estalla la polémica por parte de algún usuario de esta red social. En otro caso en Francia, concretamente en Burdeos, dos adolescentes anunciaron que si llegaban a 40 usuarios conectados en directo con ellos, elegirían al azar a una persona por la calle para atizarle una paliza. Y lo hicieron. Golpearon hasta dejar inconsciente a un transeúnte. Ambos jóvenes fueron inculpados y condenados por violencia agravada con premeditación. En Estados Unidos también se registró un caso el pasado abril en el que una muchacha de 18 años grabó en directo como un hombre de 29 al que ella conocía violaba a una amiga suya. El mal uso de la tecnología provoca estas situaciones tan desagradables. Las redes sociales han implementado nuevas formas de socialización; algunas muy nocivas, especialmente para los jóvenes.

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Oceane podría haberse dejado caer por una página web hermanada con Reddit en el que los potenciales suicidas manifiestan sus problemas de forma anónima. Los usuarios dialogan, comparten sus deseos y ponen en tela de juicio los de los demás. Los moderadores del foro se encargan de eliminar todo lo que pueda acabar siendo dañino para estas personas y sus inquietudes. También se brindan contactos de apoyo para los que los necesitan.

Oceane no quería ayuda ese día. La única asistencia que buscó fue la del público para asistir a su última función. Y allí, junto a su dueña ya fallecida, el teléfono móvil en vivo. Un silencio largo, una pantalla en negro y el sonido de fondo de aquellos que llegaron para recuperar el cadáver.