Porque el futuro es una página en blanco,
y solo tú tienes el poder de empezar a escribirlo.
Facebook, Twitter, Snapchat, Spotify, Blablacar, 21 Buttons y un sinfín de nombres más. Tu teléfono está lleno de todo tipo de aplicaciones, cada una de ellas con una función muy diferente que la hace única. Sin embargo, hay algo que todas tienen en común, un secreto que late por igual: fueron levantadas de la nada y catapultadas al éxito gracias a un método de trabajo conocido por lo expertos como Service Design. Un método que grandes emprendedores de nuestra generación han utilizado para ofrecer al mundo algo que necesitaba.
¿Pero en qué consiste esto? Básicamente en abordar todas las pequeñas fases de la creación de un producto desde el llamado design thinking, una metodología que Manuela Procopio, directora operativa del área de Management for Creative Industries de la escuela de diseño IED Barcelona, describe como "una manera de enfrentarse a los retos desde la perspectiva creativa del diseño". En otras palabras: utilizar el carácter innovador y los enfoques propios del diseño para la creación de productos, servicios y marcas que respondan a las necesidades de una sociedad ultracambiante.
Hoy te traemos los cuatro casos de aplicaciones que triunfaron gracias al service design:
Quizá el ejemplo más claro de cómo aplicar el design thinking a la creación de un negocio. Aunque muchos de vosotros no lo sepáis, Instagram fue en un principio una aplicación llamada Burbn donde podías etiquetarte en diferentes lugares, escribir opiniones sobre ese sitio y subir fotografías desde allí. Hasta que sus creadores entendieron que era esto último, las fotografías, lo que realmente molaba a sus usuarios. Fue entonces cuando pusieron todo su talento y visión del diseño al servicio de un objetivo: lograr que los usuarios pudieran aportar su personalidad y estilo a las fotografías que subían. Y así, ideando y fantaseando, nacieron los famosos filtros que tanto definen Instagram.

Airbnb
Hoy día se ha convertido en nuestra primera opción a la hora de buscar alojamiento cuando hacemos alguna escapada, pero esta plataforma de alquiler estuvo a punto de quebrar en 2009 debido a los malos resultados y escasas ganancias que tenía. La salvación, sin embargo, llegó gracias al design thinking que aplicaron sus tres jóvenes fundadores para descubrir cuál era el problema de la aplicación: las fotografías mediante las cuales anunciaban sus casas los usuarios estaban hechas con el móvil y eran un desastre. Alquilaron una cámara, visitaron a algunos de los clientes que ofertaban sus casas en la plataforma y sustituyeron las malas imágenes por otras en alta resolución. Y de ahí a la gloria.
Tinder
Aunque nunca hayas reparado en ello, tan absorto en decidir si esa chica merece o no tu like o en qué decirle a ese match para conquistarlo, la propia naturaleza de la aplicación surge del diseño: hablamos del uso del swipe o, en términos cotidianos, eso de girar a derecha o izquierda para decidir si quieres o no quieres darle una oportunidad a ese desconocid@. La base de Tinder. Un mecanismo, aparentemente sencillo pero cuya creación solo es posible bajo el pensamiento creativo, que se ha convertido en referente para muchas otras aplicaciones parecidas. Innova y te seguirán.
Netflix
¿Te has parado a pensar alguna vez por qué te produce tantísimo placer pasar horas y horas en las profundidades audiovisuales de Netflix? Sí, claro, su catálogo de series es la ostia y podrías morir antes de acabar de ver todo lo bueno que ofrecen, pero hay mucho más que eso en el éxito de esta plataforma. El diseño de la web y de la aplicación de Netflix forman parte fundamental de su experiencia de usuario, un factor fundamental a la hora de plantear cualquier negocio. Gracias al design thinking, los creativos de la compañía han logrado una usabilidad sencilla y eficaz que se alimenta de la propia experiencia de los usuarios para fabricar nuevos productos ajustados a sus gustos.

Ahora ya lo sabes, la próxima vez navegues por una app, recuerda que detrás de ella se esconde una forma de observar y entender la vida que comparten los mejores innovadores del planeta. Tú también podrías formar parte de ellos e inventar nuevas y revolucionarias aplicaciones que cambien el mundo estudiando el Diploma IED in Business Design en Barcelona. Después de todo, ¿por qué vas a esperar a que el futuro llegue a ti si puedes ayudar a construirlo?
