Cuántas veces hemos ido a comprar compresas o tampones y hemos hecho el pequeño cálculo mental de qué tamaño nos funcionará mejor según los días de regla en los que estemos y nuestro flujo. ¿Y si te digo ahora que la capacidad de los productos menstruales no se había probado nunca con sangre real hasta ahora? Pues esto es lo que denuncia un estudio publicado recientemente por la Universidad de Ciencias y Salud de Oregón, en Estados Unidos.
La profesora Bethany Samuelson Bannow y su equipo querían estudiar la menorragia, es decir, el sangrado menstrual abundante. Normalmente, el sangrado abundante se calcula según el número de compresas o tampones que utilices en determinado tiempo. Si necesitas cambiar tu tampón o compresa en menos de una hora significa que tu flujo es abundante. Este cálculo no contemplaba otros tipos de productos menstruales, como la copa. Se calcula que un tercio de las personas que menstrúan sufren menorragia, según el estudio.
Pero la profesora Samuelson y su equipo encontraron que muchos productos menstruales están mal categorizados. La mayoría tienen menos capacidad de absorción de la que dicen tener, como demuestra cuando se prueban con sangre real. Hasta ahora, la mayoría de pruebas e investigaciones utilizaban agua o soluciones salinas para estimar la capacidad de los productos menstruales. Según explica El País, esto se estableció en 1982 en el congreso The Tampon Task Force (grupo de trabajo sobre tampones) y lo han seguido la mayoría de empresas desde entonces.
Pero todas sabemos que la sangre menstrual está muy lejos de ser solo “agüita”. La sangre de la regla es más viscosa que el agua, y contiene células, secreciones vaginales y tejido endometrial. El poco conocimiento en la absorción real de los productos menstruales podría llevar a un mal diagnóstico para las personas con sangrado abundante.
Otra de las conclusiones del estudio es que los productos que tienen más capacidad son, sorprendentemente, los discos menstruales. Bueno, puede ser que incluso nunca hayas escuchado hablar de ellos. Los discos menstruales se colocan en la base del cuello uterino y como las copas menstruales recogen la sangre de tu periodo en lugar de absorberla. La diferencia es que no se mantienen por succión, sino por la gravedad, porque se colocan detrás del hueso púbico. El disco menstrual no obstruye el canal vaginal, por lo que es posible tener relaciones sexuales de penetración durante la regla.
El nuevo descubrimiento se sumó también a que los tampones, las compresas y las copas menstruales contenían cantidades similares de sangre. Lo que demuestra esta nueva revelación es una vez más el poco interés de la ciencia en estudiar la anatomía y la salud de las mujeres. Mientras que en la tele vemos anuncios de compresas manchadas con un líquido azul, en los laboratorios se replican las distorsiones. Sin embargo, este nuevo estudio nos demuestra lo importante que es probar con sangre los productos menstruales y abre un nuevo debate en la sociedad.