La moda 'curvy': entre el empoderamiento y la normalización de la obesidad

La moda curvy es un cajón desastre en el que mujeres con diferentes corporalidades contribuyen a un canon estético en el que la obesidad se normaliza.

Ashley Graham, Gabifresh, Tess Holliday y Robyn Lawley son modelos e influencers a las que les ha colgado el cartelito de ‘curvy’ aunque sus cuerpos no tengan nada que ver entre ellos. En los últimos años, el auge del movimiento body positive y el empoderamiento de las Ashley Graham ha provocado que la industria de la moda haya creado, impulsado y fomentado una etiqueta tan ambigua como polémica. En esencia, todo aquello que se sitúe por encima de la talla 42 o cuya cintura supere los 95 centímetros es susceptible de ser llamada curvy sin importar que se trate de una sueca de 1,85 cms con menos curvas que un mueble del Ikea, tu vecina del quinto o una escultura de Fernando Botero.

‍♀️☀️

Una publicación compartida por A S H L E Y G R A H A M @theashleygraham el

Hasta aquí todo guay, ya sea por empoderar y fomentar el amor propio en todas las personas con un cuerpo no normativo, para darle donde más duele a la gordofobia, o porque, sencillamente, los que mandan en las pasarelas se han dado cuenta de que no tiene ningún sentido intentar que todas las mujeres del mundo aspiren a entrar algún día en una talla 34 y más si recordamos que la talla 42 es la más vendida en España. Pero, ¿se está frivolizando sobre un problema tan serio como el sobrepeso y la obesidad? ¿Se está creando un nuevo canon de belleza que deja de lado la cuestión sanitaria? ¿Estamos cayendo en el mismo error de los 90 cuando se empezó a venerar la extrema delgadez pero en dirección opuesta?

Todas estas cuestiones incómodas, casi un tabú en algunos ámbitos, pero que deberían tenerse muy en cuenta si pensamos que en España el 53% de la población está por encima de su peso, el 17% padece obesidad y que el tratamiento de enfermedades derivadas de la obesidad consume el 7% del presupuesto de la sanidad pública. Por no decir que, según los el 53% de la población está por encima de su peso la obesidad estuvo relacionada directamente con el 15,8% de la mortalidad en varones y el 14,8% de la mortalidad en mujeres en 2006 —que es cuando se hizo el estudio.

¿Hacia el canon estético curvy?

Bajo el sol tropical de Miami, una de las ciudades con mayor culto al cuerpo del mundo, la modelo bilbaína Nekane Cuéllar, conocida por sus 63,9K de seguidores en Instagram como Nekane ‘Curvybuena’, ignora a quienes critican su aspecto y aunque reconoce que hay mucho negocio por detrás de su hashtag favorito. “Creo que muchos no están de acuerdo porque creen que es un término que se utiliza ahora para evitar la palabra 'gordo'. A mí, me ha costado casi 25 años de mi vida aceptarme y quererme, la vida es demasiado bonita como para escondernos tras nuestros complejos”, explica con la seguridad que te aporta haber iniciado una prometedora carrera con lo que otros veían un defecto.

“El mundo curvy se está haciendo camino y todo el mundo quiere subirse al carro ahora y, en ese sentido, sí ha perdido un poco su sentido original. Las marcas ven oportunidad de negocio y ya ha pasado en varias ocasiones que lo que intentan vender como ‘curvy’ no es moda para todos, es simplemente campaña porque la realidad es que luego no entramos en el tallaje de esa ropa”, reconoce Nekane que, sin embargo, rechaza la idea de un nuevo canon estético en la industria de la moda: “es un movimiento en el que poder dar voz a muchas personas que no la tienen y ayudar a la sociedad a entender que todos los cuerpos son válidos y bonitos sean como sean”. 

Hasta Jennifer López es curvy

Pero no todo el mundo comparte esa visión. Para Beatriz Romero, colaboradora y portavoz de la web Weloversize, referencia del movimiento body positive en España, el término acaba por provocar más problemas que soluciones debido, precisamente, a su ambigüedad.Entiendo que es un eufemismo con el que muchas mujeres que se salen de los cánones se autodenominan para sentirse mejor y eso es muy bonito, porque lo primordial es empoderarnos, pero no me acaba de gustar. Se entiende que una mujer curvy es una mujer con curvas y eso incluye muchísimas corporalidades, desde la talla 36 a la 56. ¡Pero si hasta Jennifer López es considerada una mujer curvy!", se lamenta.

Lo que me preocupa es precisamente eso, que se convierta en nuevo canon estético que encorsete a las mujeres. Lo principal es celebrar la diversidad y acabar con discriminaciones relacionadas con la apariencia física de las personas, por eso rechazo usar conceptos tan rancios como el de “mujeres reales” porque reales somos todas y debemos estar unidas en esta denuncia”, afirma Romero y sí que admite cierto temor a que la industria de la moda esté repitiendo los errores del pasado. 

¿Se está normalizando la obesidad?

Las campañas de marketing, tanto de moda como en cualquier otro campo publicitario, fomentan sobre todo el consumismo no la autoestima, y lo hacen presentando cánones de belleza que en las mujeres se suelen alejar de lo saludable, bien usando modelos de extrema delgadez, bien tachando de curvy o talla grande a mujeres de tamaño normal, o bien yendo al extremo y usando modelos con obesidad evidente”, critica la dietista-nutricionista, Lucía Martínez. En su opinión, el término curvy peca de superficial y, peor aún, tiende a ocultar un problema grave como el del aumento de la obesidad en España.

Claro que hay que cambiar el paradigma, cargarse los cánones de belleza y dejar de juzgar y valorar a las mujeres por su físico, como hacemos con los hombres. Y las exigencias del movimiento body positive, además de ir dirigidas a pedir más tallaje en las marcas de moda low cost, también podría dirigir peticiones a la clase política y al ministerio de Sanidad para que se tomen medidas de salud pública en todos los ámbitos que supongan una ayuda efectiva tanto en la prevención del problema creciente que tenemos con la obesidad, como en el tratamiento de las personas que ya la padecen”, añade la experta.

El problema subyacente, según Martinez, es que muchas de las modelos e influencers que dan visibilidad a lo curvy padecen obesidad y, además, páginas encaminadas a fomentar el movimiento body positive acaban por limitar el debate a una cuestión de autoestima y no sanitaria. “Muchas veces se transmite que el único problema de la obesidad es estético, pero si eres obesa y no te cuidas vas a tener muchas más posibilidades de tener un accidente cardiovascular, ictus, hipertensión, diabetes tipo II, menor fertilidad y suele ser una población con más problemas psicológicos de autoestima y depresión”, sentencia.

¿Curvy = mala salud = gordofobia?

Desde el otro lado, la modelo Nekane Cuellar discrepa de lo que dice la profesional. “Me irrita profundamente el ataque hacia mi salud. Asocian directamente estar gordo con tener problemas graves de salud y eso no es así. Hago deporte, no me paso el día comiendo donuts tumbada en un sofá como la mayoría piensa, como saludable aunque no me privo de nada y estoy perfectamente sana”, responde la joven quien reconoce sentirse apuntada con el dedo de la gordofobia “casi a diario”. Por su parte, la portavoz de Weloversize, Beatriz Romero, argumenta que “pareciera que todos tuviéramos la licenciatura de medicina para poder hacer juicios sin tener ni idea de cada caso concreto que incluye implicaciones psicológicas que, en general, no se tienen en cuenta”.

Do it for The Graham

Una publicación compartida por Gabi @gabifresh el

¿Autoestima, salud o estética?

Para Romero, el problema reside en que “el sobrepeso es algo visible y asociado a prejuicios como dejadez y falta de fuerza de voluntad, por eso se criminaliza”. Y añade que “la idea de que las personas gordas lo estamos porque nos da la gana, que para adelgazar solo hace falta una buena alimentación y un poquito de gym está tan extendida que una simple fotografía de una mujer gorda en las redes sociales dispara todas las alarmas gordófobas”. Llegados a este punto parece que existe un cisma irreconciliable entre la nutricionista y la postura defendida por Beatriz de Weloversize y la modelo Nekane. Mientras una prioriza el aspecto sanitario, las otras centran su discurso en los valores body positive y relativizan sobre la relación entre exceso de peso y salud.

“Nadie te está diciendo que te tienes que encerrar en casa. Puedes ser muy feliz con tu vida y, evidentemente, mereces el mismo respeto que cualquier otra persona con un peso normal o sin él. Pero de ahí a no reconocer que tienes un problema y que estaría bien que te ocuparas de él, hay un abismo”, explica Lucía Martinez que, simplificando mucho la cuestión y para hacerse entender, lo resume en esta frase: “si eres miope sé feliz pero vete al oculista y que te pongan gafas”.

Un debate polarizado y sin conclusión

A pesar de estas visiones tan opuestas, lo que parece quedar claro es que la etiqueta curvy nació con la mejor de las intenciones y como una parte más del movimiento body positive del cual nadie duda. No obstante, la apropiación del término por parte de la industria de la moda, medios de comunicación y las propias influencers —que al final trabajan con marcas— ha provocado que, por detrás de esta palabra tan ambigua, se acabe metiendo en el mismo saco a mujeres grandes, anchas de cadera, con ligero sobrepeso o con obesidad. Y eso es un problema. Nadie está dudando de que estamos en el camino correcto cuando buscamos la visibilidad de todas las corporalidades  —tanto en hombres como en mujeres— o de que todxs deberíamos querernos tal y como somos. Pero la verdad, guste o no, es que eso también implica cuidarse.