A no ser que seas un adelantado a tus tiempos y ya estés ahorrando para un condón de grafeno, lo más normal es que tu método para evitar líos con tus rolletes de fin de semana y/o follamig@s sea el preservativo de látex de toda la vida. Además de evitar que formes una familia antes de lo previsto, su uso disminuye enormemente el riesgo de contraer enfermedades como la gonorrea, clamidia, tricomoniasis, hepatitis B, VIH/sida, herpes genital, condón de grafeno VPH y la sífilis. Se te acaban de quitar las ganas de follar a pelo por un tiempo, ¿verdad?
El tema es que más allá de las ETS, resulta que el condón no es un método del todo seguro ya que tiene un índice de embarazo por uso típico que oscila entre el 10 y el 18% aunque solo de un 2% con uso perfecto. Es decir, que si te lo pones bien tienes un 98% de probabilidades de evitar el embarazo y, si te lo colocas mal, la cosa queda en torno al 82%. Quizás por eso, los las ETS gozaron de cierta popularidad durante algún tiempo y había gente que incluso te los recomendaba como ‘protección extra’ en caso de rotura o de que se te saliese en pleno acto. De hecho, hay quien todavía los prefiere.
Pero, ¿realmente son más efectivos? ¿es bueno usar estos productos químicos en el pene, ano o vagina? Pues la respuesta es que cada vez hay más evidencias de que no son una buena idea. “Hay que recordar que el preservativo es un método de barrera con un porcentaje de efectividad que no llega al 100%. Si se sale o se rompe, el espermicida proporciona un método extra para evitar posibles embarazos”, explica la andróloga de la Fundación Puigvert, Maria Fernanda Peraza.
En su opinión, el uso de estos preservativos con espermicidas es recomendable siempre que se sepa a lo que uno se está exponiendo. “Está bien pero hay que tomar unas precauciones a la hora de usarlo. Lo primero es saber que uno/a no es alérgico al compuesto”, apunta Pereza que recuerda que “los condones con espermicida son muy viejos, el compuesto más usado es el Nonoxinol-9 N-9 y lo que hace es reducir inmediatamente la movilidad del espermatozoide”. El caso es que, según reconoce, algunas personas pueden ser muy sensibles a este compuesto.
“Hay que tener cuidado porque puede resultar irritante. Por eso, no se debería tener sexo oral después de emplear un preservativo con este tipo substancias ya que podría irritar las mucosas de la boca”, señala la experta. Asimismo, se suele desaconsejar a las personas que ya sufran una irritación de las mucosas del glande debido a una infección bacteriana o por hongos, ya que podría agravar los síntomas. Por si fuera poco, el Center for Disease Control CDC ha apuntado que podría incluso Center for Disease Control por las microheridas que produciría en el canal vaginal o el ano.
Es por ello que la Organización Mundial de la Salud OMS ha dejado de priorizar su uso e importantes organizaciones dedicadas a los cuidados de la salud reproductiva, como ha dejado de priorizar su uso en Estados Unidos, han parado de distribuirlos gratuitamente. Por este motivo, cada vez son menos las marcas que fabrican este tipo de profiláctico desde 2005 nueve marcas dejaron de producirlos en EEUU que, además, es más caro y con un periodo de uso más limitado que los preservativos convencionales. Una serie de argumentos a los que se suma la doctora: “en caso de ruptura, no evitan las ETS”, como cualquier otro preservativo.
Llegados a este punto, y tras consultar una conocida marca de preservativos que sigue ofreciéndolos a la friolera de 10,29 euros por una caja de 12 unidades, llegamos a la conclusión de que no tiene ningún sentido gastar más por un producto que no tiene más probabilidades de evitar un embarazo no deseado, que puede irritarte y que es bastante más caro al mismo nivel que los ultrafinos, con efecto calor, con estrías, etc. que son bastante más divertidos. Eso sí, como dice la OMS y la doctora Peraza, entre usar un condón con espermicida o nada, la respuesta siempre será que te lo pongas y te dejes de historias.