Dormir bien es fundamental para nuestra salud. La Fundación Nacional del Sueño de Estados Unidos publicó recientemente sus recomendaciones sobre cuánto tiempo debería dormir una persona según su edad y, en el caso de los adultos, parece que lo ideal son entre 7 y 9 horas. Algo que, según un estudio de 2009 la Fundación de Educación para la Salud del Hospital Clínico San Carlos de Madrid, la mayoría de los españoles cumplimos. Sin embargo, cada vez hay más casos de insomnio, en los que, según apuntan los expertos, el uso de las pantallas tiene mucho que ver.
Según explica la Sociedad Española del Sueño, si no descansamos correctamente el riesgo de mortalidad se incrementa hasta un 20%, y de igual forma, esto podría aumentar la posibilidad de padecer hipertensión arterial, diabetes, obesidad y eventos cardiovasculares, como infartos o ictus. En esto último coincide la Sociedad Española de Cardiología, que en un estudio concluyó que la duración corta del sueño se asocia a un mayor riesgo de desarrollar una enfermedad coronaria. Sin embargo, los datos de éste arrojaban que el sueño prolongado es también un factor de riesgo. Y es que, parece ser que es tan malo dormir poco como hacerlo en exceso.
Los médicos señalan que demasiadas horas de sueño pueden producir alteraciones metabólicas, como la obesidad. Según explica el Dr. Iván Javier Núñez Gil «las alteraciones en el sueño se asocian con alteraciones en los niveles de leptina y grelina, que podrían producir a su vez un incremento en el apetito, y por ende, de la ingesta calórica, con el subsecuente desarrollo de obesidad y alteraciones glucídicas». De hecho, un estudio de Québec, concluye que demasiadas horas en la cama pueden, incluso, duplicar el riesgo de padecer diabetes tipo 2.
Además, tendría otros efectos en nuestro día a día como la disminución de la concentración y atención: al dormir demasiado, nos volvemos más lentos. Además, por contradictorio que parezca, aumenta la somnolencia. Esto es lo que se conoce como ‘resaca del sueño’ y es que, al parecer, no descansamos correctamente porque este tipo de sueño suele ser más ligero.
Diversos estudios apuntan también a que ese tiempo de más pernoctando, puede propiciar la aparición de enfermedades como la depresión, al igual que empeorar sus síntomas en las personas que la sufren. Además, dormir mucho puede ser un síntoma de alguna patología y, si esto es algo habitual, lo mejor es acudir al médico para que pueda valorar nuestro caso.
Eso sí, tenemos que decirte que no pasa nada si, de vez en cuando, te permites el lujo de extender el tiempo entre las sábanas. Lo importante es que esto no se convierta en una rutina.