Si has acabado en TikTok latam seguro que te has encontrado con cientos de vídeos de latinoamericanos que viven en Europa y todos coinciden en una cosa: los europeos apestamos. La idea de que nos duchamos menos en Europa que en Latinoamérica es una de las teorías más compartidas, aunque la realidad sobre el olor no tiene que ver tanto con los hábitos de higiene sino con el tipo de desodorante que usamos en Europa.
Para empezar, en España la mayoría de gente se ducha una vez al día (o incluso más) así que no es justo que se nos meta dentro el saco del tópico de los franceses. Lo que pasa es que lo que en Latinoamérica llaman desodorantes, en realidad son antitranspirantes. El antitranspirante se enfoca en reducir o detener la producción de sudor. Contiene compuestos como el clorhidrato de aluminio o sales de aluminio que bloquean temporalmente las glándulas sudoríparas, disminuyendo así la cantidad de sudor que llega a la superficie de la piel.
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Si el sudor no huele, ¿qué es?
Es decir, lo que hace un antitranspirante es taponar los poros de la piel para evitar que salga el sudor. Lo que, de rebote, también acaba ayudando a controlar el mal olor. En Europa no es común su uso. Lo que se usa más normalmente son los desodorantes, tal como los conocemos aquí: un producto que elimina o enmascara el mal olor corporal.
El sudor por si mismo no huele, el problema es cuando este entra en contacto con las bacterias que están en nuestra piel y se encargaran de descomponerlo. Los desodorantes contienen ingredientes como alcohol, triclosán, fragancias y aceites esenciales que eliminan estas bacterias o enmascaran el olor. Sin embargo, los desodorantes no afectan la cantidad de sudor que produce el cuerpo; su función se limita a abordar el mal olor asociado con el sudor.
Es por ello que muchas personas que vienen de Latinoamérica puede que estén considerando que los europeos olemos mal, porque nuestros desodorantes no actúan de forma tan dura y puede que a pesar de que cubran el olor eso no sea suficiente para una persona que está acostumbrada a usar antitranspirantes. Mientras, puede que los europeos no notemos tanto el olor del desodorante cuando actúa porque ya estamos acostumbrado.
Pero sin duda, no es que los europeos apestemos o seamos menos higiénicos que los latinoamericanos, sino que usamos productos diferentes para combatir el sudor y su olor.