El comedor de tu instituto ya no tendrá refrescos ni bollería

Y los alimentos precocinados tipo pizzas o frituras solo se servirán una vez al mes

La sociedad está llena de contradicciones que muestran lo caótico que es el ser humano en realidad: bebemos alcohol a todas horas aunque sepamos que es tóxico, pasamos horas dentro de las redes sociales aunque sepamos que el exceso nos destroza emocionalmente y nos hartamos de azúcar aún estando científicamente muy claro que es malísimo para la salud. No sabemos controlarnos. No sabes controlarte. Y para eso existen algunas leyes. Una nueva, el real decreto de Comedores Escolares Saludables y Sostenibles, va a prohibir la oferta de bebidas azucaradas y bollería tanto en los colegios como en los institutos de todo el país. Hasta luegui guarrerías.

Pero no solo eso. Además, este nuevo real decreto establece que todos los centros escolares de España tendrán que garantizar a sus estudiantes un consumo diario de fruta y verdura fresca. Sí, al ojo goloso ese que tienes le entran con menos entusiasmo que un zumito de piña o una napolitana de chocolate, pero a tu cuerpo y a tu mente le entran mucho mejor. A largo plazo es un game changing. En palabras de Pilar Alegría, ministra de Educación, “de lo que se trata es de lograr una alimentación mucho más nutritiva y variada para nuestros menores”. Y también fomentar una cultura de alimentación más saludable. Que los ultraprocesados nos entierran.

En línea con todo esto, y según ha explicado Pablo Bustinduy, ministro de Derechos Sociales y Agenda 2030, comidas precocinadas tipo pizzas, empanadillas congeladas o frituras se van a limitar a una ración mensual. Por su parte, las frituras elaboradas en el mismo día, las no procesadas, podrán servirse en los comedores una vez por semana. Ah, y olvídate de comprar en la cafetería o en la máquina expendedora una bebida energética porque estas también se van fuera de los institutos. Y no hace falta explicar en profundidad por qué. No solo son muy poco saludables, sino que tienen enganchada a mucha gente joven. Es una epidemia.

El real decreto, sin embargo, no busca únicamente fomentar una cultura alimentaria más sana, sino también sostenible. Así, también recoge que al menos el 45% de la fruta y de las hortalizas que se sirva en los colegios y en los institutos debe ser de temporada. Cuantos menos alimentos producidos fuera de su ciclo natural o venidos desde la otra punta del mundo mejor. Por el planeta, sí, pero también para fomentar la producción local. Como dice el propio Bustinduy, “se trata de apostar por un modelo más justo”. Al final, los cambios que comienzan en la base de la sociedad son los más sólidos. Las nuevas generaciones lo harán mejor.