Detectan bacterias fecales en los mojitos playeros de Barcelona

La Guardia Civil ha descubierto que los vendedores ambulantes esconden los materiales de preparación en alcantarillas y contenedores de basura

Ron blanco, soda, lima, yerbabuena, hielo picado y azúcar. Esos son los ingredientes clásicos del mojito. Sin embargo, agentes de la Guardia Civil en Barcelona acaban de descubrir un desagradable ingrediente sorpresa en la composición de los mojitos preparados por vendedores ambulantes en las playas de la capital catalana: bacterias fecales, incluida la peligrosa bacteria E. Coli, capaz de provocar infecciones gastrointestinales en los seres humanos. Así lo han revelado las autoridades policiales en un comunicado oficial tras realizar durante las últimas dos semanas una operación de intervención y análisis de estos cócteles veraniegos.

Y no es de extrañar. La Guardia Civil ha descubierto que el material utilizado para preparar estas bebidas, además de carecer de licencia ninguna, es guardado en alcantarillas y contenedores de basura para evitar la confiscación policial. Tampoco quienes lo elaboran cuentan con la preparación necesaria en materia de medidas higiénicas o sanitarias, pues se trata de particulares que montan los mojitos en rincones improvisados de las propias calles y no trabajadores de empresas comerciales sujetas a control por parte de las administraciones públicas. De ahí que, según el comunicado, exista "un alto riesgo de contaminación de la bebida".

Durante esta operación, efectuada conjuntamente por miembros de la Guardia Civil y de la Unidad de Playas de la Guardia Urbana de Barcelona, "se han identificado a 18 personas —de nacionalidad pakistaní, india y rumana— relacionadas con la elaboración y venta de los mojitos". Los vendedores ambulantes enfrentarán ahora posibles infracciones administrativas por comerciar sin licencia ni permiso del ayuntamiento, pero también podrían verse acusados de un delito contra la salud pública. Ellos son los principales responsables. Pero también quienes compran estos mojitos ilegales. Ni por sabor, ni por postureo mojitero de Instagram, merece la pena el riesgo.