Esto es lo que te puede pasar si procrastinas demasiado el momento de ir al baño

La regla de oro para proteger tu salud es escuchar a tu cuerpo y hacer lo que te pide

¿Recuerdas cuando no eras más que un bebé y cagabas cada vez que tenías ganas? No. Claro que no. Pero tu madre o tu padre pueden dar auténtica fe de ello. Más adelante, y gracias al desarrollo de ciertas capacidades cognitivas, aprendiste a controlar esas ganas y a postergar el momento de cagar. Después de todo, no siempre tienes un váter cerca para dar rienda suelta a tus desechos. Es necesario un mínimo de autodominio. Sin embargo, hay veces que no procrastinas el momento de cagar por fuerza mayor, sino para poder seguir haciendo algo que te mantiene enganchado o estresado. Y eso puede traerte problemas.

No esperes al último momento

Así lo explica en The Conversation el especialista en medicina gastroenterológica Martin Veysey, de la Universidad de Newcastle. En concreto, dice, "posponer habitualmente las ganas de evacuar y ralentizar el tiempo de tránsito intestinal puede estar asociado con un mayor riesgo de problemas como el cáncer de intestino, diverticulosis, hemorroides y fisuras anales y prolapso". De ahí que lxs expertxs médicos recomienden olvidarse de cagar un número determinado de veces al día. En realidad, la premisa es mucho más sencilla: tienes que cagar cuando notes la llamada de la naturaleza. Todo lo demás es zancadillear tu salud.

Porque no es necesario llegar al extremo de desarrollar prolapsos o cáncer para verse afectado por la procrastinación de la defecación. Según cuenta el propio Veysey, las consecuencias negativas más habituales de esta práctica son el estreñimiento, el dolor abdominal, la hinchazón, los gases, un tránsito más lento de la materia a través de tus intestinos e incluso la aparición de hábitos intestinales variables e impredecibles. Y todo por no levantarte de la silla de escritorio, del sofá o de la cama para contentar a tus intestinos. Todo por mantener a toda costa la productividad académica, laboral y por encima de todo ociosa.

¿Cuánto tiempo tardas en tener ganas de ir al baño?

Pero es cierto que en ocasiones no tienes más remedio. Especialmente cuando las ganas de cagar te llegan día tras día en circunstancias en las que te resulta imposible hacerlo. En ese sentido, este gastroenterólogo recomienda investigar cuál es tu tiempo de tránsito intestinal completo. Es decir, qué tiempo tardan los residuos de los alimentos en querer salir por tu ano desde que consumiste estos últimos. Para ello, la clave está en coger un puñado de granos de maíz dulce crudos y comerlos. Son difíciles de degradar y algunos aparecerán en la mierda. Así podrás contar las horas que han tardado en abandonar tu cuerpo.

Una información muy útil. A fin de cuentas, y con una idea aproximada de tu tránsito intestinal completo, te puedes organizar mucho mejor para que las ganas de cagar aparezcan en situaciones convenientes. Como es obvio, esto no implica un control absoluto: habrá ocasiones en que la llamada te pille desprevenido y no pasa nada. Una procrastinación cada tanto no mata a nadie. Pero desde luego conseguirás alterar rutinas en las que la llamada surge mientras estás en el metro camino del curro. Es una cuestión de curiosidad para conocer tu propio cuerpo. Todo lo que puedes sacar de ahí es positivo. Eso seguro.