Beneficios, mitos y perjuicios de aprender a respirar por la nariz

Respirar por la nariz es uno de los principales mitos en torno a la salud que pueden existir, pero la realidad es que muchas de las cosas que se dicen carecen de fundamento científico

Uno de los mantras que se repiten más en el mundo de la medicina de estar por casa es que uno debería aprender a respirar por la nariz. ¿Pero, realmente, respirar por los orificios nasales es tan beneficioso como se dice? También hay perjuicios que debes tener en cuenta y muchos mitos a desmentir. Os lo resumimos.

Hace mucho tiempo que la humanidad tiene conciencia de la importancia de respirar de forma adecuada. Se sabe que fue objeto de estudio científico por primera vez en el siglo XVII y, desde aquellos tiempos, según recoge el portal especializado en ciencia Xataka, se cree que respirar por la nariz puede tener varios beneficios, pero cabe remarcar que no existe ningún consenso en la comunidad científica sobre ello.

A pesar de eso, hay investigadores que apuntan que respirar por la nariz calienta el aire antes de llegar a los pulmones, facilita que se humedezca y ayuda a filtrar las partículas. También, por supuesto, nos ayuda a oler, a descansar mejor por las noches y, si se hace bien, ayuda a la respiración con el diafragma y a la correcta colocación de la lengua.

Además, los profesionales del fitness defienden que ayuda al rendimiento deportivo y, algunos investigadores, como el doctor ucraniano Konstantin Buteyko, van un paso más allá y aseguran que muchas enfermedades están causadas por una hiperventilación crónica. En este sentido, Buteyko propuso el uso de técnicas de reeducación respiratoria y actualmente aún hay médicos que lo recomiendan, especialmente contra el asma.

Para los defensores de las bondades de la respiración nasal, el monóxido nitroso NO, es otro ejemplo de los beneficios de sus técnicas. Se sabe que este gas se produce en la nariz, que se absorbe una pequeña proporción al respirar y se cree que esta molécula tiene efectos beneficiosos para nuestra salud: actúa como vasodilatador con capacidad de relajar las capas musculares del endotelio y actúa como neurotransmisor en el cerebro. Sin embargo, volvemos a recordar que todo lo que hemos mencionado no se sabe a ciencia cierta y, por lo tanto, no está apoyado por evidencias científicas.

De hecho, lo único que se ha comprobado científicamente es que ayuda a nuestro cerebro y, en concreto, a estimular adecuadamente las neuronas del hipocampo y el córtex prefrontal, tal y como demostraron investigadores del Departamento de Anatomía y Neurobiología del Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Tennesse.

Por otro lado, también está demostrado, por supuesto, que el mito que asegura que si respiras por la boca se te deforma la mandíbula es completamente falso. Solo se ha comprobado que se puede llegar a producir en monos Rhesus y se ha especulado en que también pudiera pasar en bebés recién nacidos. Por lo que hace a los adultos, no hay lugar a duda, los tejidos están ya desarrollados y no se deforman por el simple hecho de respirar por la boca.