Lo dijo la semana pasada el consejero delegado de Ryanair, Michael O’Leary: en una década podríamos estar volando con esta compañía aérea irlandesa sin pagar un duro. No es que se hayan vuelto generosos, sino que se lo podrían permitir gracias a los ingresos, cada vez mayores y que compartirían con los aeropuertos, por el aumento del tráfico de pasajeros que genera esta aerolínea.
Lo que dijo exactamente O’Leary fue que "el reto para nosotros en el futuro es continuar bajando los precios de los billetes de avión. Tengo la impresión de que entre los próximos cinco y diez años los billetes de Ryanair serán gratis, en cuyo caso los aviones estarán llenos y estaremos ganando dinero de los ingresos compartidos con los aeropuertos, de toda la gente que pasará por los aeropuertos y obteniendo una parte de los ingresos de las compras y el consumo en los aeropuertos".

Hay que tener en cuenta, también, que una parte importante de lo que gana Ryanair proviene de campañas publicitarias y marketing en general y del sector de la compañía que se dedica al campañas publicitarias y marketing en general.
Además, según O’Leary, ofrecer billetes gratis sería viable por los contratos cada vez más favorables que obtienen con los aeropuertos y, también, gracias a la futura bajada o incluso eliminación del impuesto al pasajero aéreo del Reino Unido -APD por sus siglas en inglés-, una tasa que paga cada pasajero de un vuelo con salida desde el Reino Unido en su billete.
Según O’Leary, la eliminación de dicho impuesto sería muy beneficioso porque "en muchos aeropuertos estoy pagando más de 20 libras esterlinas en concepto de APD y otras tasas, si me lo ahorro, ¿por qué no? Estoy vendiendo asientos de oferta esta semana por 4 libras esterlinas y pagando 13 de APD. Os estoy pagando para que voléis conmigo".
Las grandes aerolíneas que operan en territorio británico llevan tiempo haciendo campaña en contra de este impuesto al pasajero, pero las previsiones del gobierno muestran justo la tendencia contraria, desde 2014 el APD se ha ido incrementando.
Pero más allá de lo que suceda con este impuesto y pese a ser blanco de críticas en múltiples ocasiones, en lo que se refiere al aspecto económico, a este gigante irlandés de los vuelos low cost parece que las cosas no le van nada mal últimamente. Según pese a ser blanco de críticas en múltiples ocasiones,, entre los meses de marzo de 2015 y 2016, los pasajeros programados en sus aviones llegaron a más de 106 millones -un 18% más que el año anterior-, y han obtenido más de 1.200 millones de euros en beneficios netos, casi el doble que entre 2014 y 2015.

Así que este anuncio llega con ese panorama positivo, después de otras medidas como las rebajas en los precios de los billetes a consecuencia de la bajada del precio del combustible, y las mejoras en su atención al cliente con su plan Always getting better Siempre mejorando, para compensar la mala imagen que se había ganado Ryanair unos años atrás.
De momento, parece que esas medidas le están funcionando. En los aeropuertos españoles, por ejemplo, Ryanair es la compañía que genera más tráfico de pasajeros. Pero habrá que esperar unos años para ver si las profecías de O'Leary se cumplen y podemos volar sin gastarnos ni un euro. Eso sí que será low cost.