El Récord Guinness Y La Tortilla De La Discordia

La historia que esconde la tortilla de Vitoria y el récord Guinness que no fue.

La localidad vasca de Vitoria está que trina con su Ayuntamiento. Hace apenas 4 meses, se organizó un evento multitudinario para lo que iba a ser la elaboración de la tortilla más grande del mundo. A él acudieron diversas televisiones y hasta los jueces del Récord Guinness para dar fe de tal hazaña. No obstante, parece que todo no fue tan bonito como lo pintaban: no solo porque los gastos procedentes del erario público han sido desorbitados, sino porque además Guinness acaba de confirmar que el récord no es válido.

Aquel 2 de agosto la felicidad reinaba en Vitoria. Una tortilla gigante era el motivo. 30.000 personas hacían cola para degustar una ración de esa tortilla. Para elaborarla se necesitaron 1.600 kilos de patatas, 16.000 huevos, 150 litros de aceite, 26 kilos de cebolla, 15 kilos de sal y la mano de 12 cocineros. Como resultado, se preparó una supertortilla de 5,20 metros de diámetro y 7 cm de grosor... Sin embargo, esta alegría parece haberse esfumado por completo.

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Resulta que se gastaron 45.000 euros para dicho evento, unas cifras muy elevadas que han estado camufladas durante un tiempo hasta que por fin han salido a la luz. ¿Quién lo tiene que pagar? Los ciudadanos, de su bolsillo, para no perder buenas costumbres. El Alcalde de Vitoria se escuda en que dicho despilfarro no es su culpa, sino de la organización encargada de gestionar a Vitoria como la «Capital española de la gastronomía», un programa culinario que tiene lugar en la ciudad durante 2014. Pero dicha organización afirma que el visto bueno lo dio el Ayuntamiento. Muy típico esto de pasarse las culpas los unos a los otros, pero mientras tanto los ciudadanos son los que apoquinan.

Para más inri, Guinness ha dicho que el récord no vale porque no cumplió todas las normas. El fallo estuvo en preparar la tortilla por piezas, como si se tratase de un puzle, para después unirla. De modo que le han quitado este honor a Vitoria y el récord vuelve a su antiguo dueño, curiosamente en Japón.

Las críticas vienen a raíz del despilfarro económico, ya que con ese dinero se podría haber dado de comer a cientos de familias a través del Banco de Alimentos, y del ridículo al que se ha sometido la ciudad.

Por tanto, no se ha batido el récord, pero sí miles de huevos; y, básicamente, se ha dado la vuelta a la tortilla, nunca mejor dicho. Habrá que conformarse con haber comido bien ese día, los que fueron; eso sí, la ración se cotizaba más cara que el oro.

Créditos de las imágenes: abc.es y diariovasco.com