Ya ha pasado un mes y medio desde que se dio el alto el fuego en Gaza, pero eso no quiere decir que la paz y la estabilidad hayan vuelto al territorio, ni mucho menos. Nunca se olvidará lo que ocurrió este verano en la Franja de Gaza, por lo que el miedo aún sigue latente en el ambiente y, lo más triste es que lo peor aún está por llegar: hay que levantar muchos escombros y reconstruir la mayor parte de lo que se perdió durante en el conflicto. Y sobre todo, devolver a la población la ilusión perdida, que será la parte más difícil de recobrar.
Vidas humanas
Probablemente, este sea el punto más controvertido de todos, ya que no hay marcha atrás ni solución posible. Durante el conflicto que ha arrasado la zona este verano, han perdido la vida unos 2.300 palestinos, de los cuales una gran mayoría eran civiles y niños completamente inocentes y que se mantenían al margen de la pugna.
Población
La población de la Franja de Gaza cuenta con 1,8 millones de habitantes. El día a día no volverá a ser lo que fue anteriormente, y la prueba evidente se ejemplifica en las cerca de 50.000 personas que han perdido su hogar. Familias que a fecha de hoy siguen sin tener un techo tras los bombardeos que arrasaron el lugar.
Construcciones
Otras tantas viviendas siguen en pie, pero las grietas y los peligros de derrumbe amenazan a un total de 90.000 moradas y a las familias que las habitan. Pero a estos datos tenemos que añadir otra serie de construcciones que van desde escuelas y hospitales hasta diversos edificios civiles.
Reconstrucción
Esta misma semana se ha organizado una conferencia internacional para valorar los costes que conllevarán la reconstrucción de Gaza. La cifra que se ha ofrecido es de 5.000 millones de dólares. Además, se ha concretizado que entre todos estos gastos previstos, 3.000 millones de dólares corresponderán a la industria y a la agricultura, que son los sectores más afectados por la guerra, y constituyen una de las bases económicas más importantes del territorio. Si se quiere estimularla, hay que volver a invertir.
Las ayudas económicas y cualquier tipo de donación se hacen más imprescindibles que nunca. Los edificios podrán levantarse de nuevo, pero las vidas perdidas nunca volverán.
Crédito de la imagen: cubadebate.cu