"Este calor es insoportable" debe ser la frase que más se ha repetido durante estos días. Desde que ha empezado el verano, ya hemos vivido dos olas de calor, alcanzando temperaturas récords en la historia, como 45,8º en Xàtiva y 42,9º en Lleida. En principio, la última ola de calor ya se ha esfumado. ¿Pero estas temperaturas se deben a un fenómeno natural o al cambio climático?
“No veo el final a esta intensa ola de calor, me recuerda a la que tuvimos en 2003, el episodio más grave que ha habido en muchas décadas”, lamenta Javier Martín Vide, catedrático en Geografía Física de la Universitat de Barcelona en una entrevista en La Vanguardia. Los expertos alarman que esta ola de calor es anormal, no solo en los récords de temperaturas, sino también en que haya llegado a inicios de verano, ya que tenemos temperaturas de mediados de julio.
De hecho, cada vez hace más calor en general. Tenemos inviernos más cortos y tarda mucho más en hacer frío. "El tiempo está loco", dicen algunos. ¿O nosotros lo hemos vuelto loco? El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, en su quinto informe defiende que las olas de calor cada vez serán más habituales y de mayor intensidad como consecuencia del calentamiento global.

El geógrafo y meteorólogo Francesc Mauri explica en un artículo del Periódico por qué el cambio climático está, en parte, detrás de esta ola de calor. "El clima del planeta ha cambiado siempre de forma natural, sin nuestra intervención .... Ahora, desde hace décadas, la acción humana, quemando combustibles fósiles, está acentuando los cambios naturales y los hace más radicales".
¿Qué podemos hacer ante el cambio climático?
Este cambio no solo afecta a la temperatura, sino también a la presión atmosférica, las precipitaciones y las nubes. Las causas son muchas, pero la mayoría se centran en ciertos gases que provocan un efecto invernadero en la Tierra, que causan el calentamiento global aumentando las temperaturas. ¿Qué provoca estos gases? Sobre todo las industrias y los automóviles.
Debemos aportar nuestro granito de arena para dejar de maltratar la Tierra, y al fin y al cabo, a nosotros mismos. Eligiendo energías renovables, usando el transporte público, reciclando, eligiendo compañías energéticas verdes... Nuestros antepasados nos dejaron un mundo sano y lo estamos destrozando.