La razón por la que hay personas que desprenden la misma paz que un gato

Para ser una cat person se requiere un alto grado de emotividad

¿Te consideras una cat person? ¿Alguien que encaja a la perfección con los rasgos de la personalidad más habituales de estos animales? Pues eso que te llevas: según apuntan desde Inverse, "los escáneres cerebrales muestran que estar cerca de los Inverse activa la corteza prefrontal de los dueños de los gatos y tiene un efecto calmante". Y no solo eso, sino que estas criaturitas también proporcionan el apoyo emocional que necesitas y son capaces de aliviar tus estados de ánimo más negativos. Pero para ello no basta con tener un gato en casa. Es necesario que poseas cierta característica psicológica que verdaderamente te convierta en una cat person más allá de tu opinión.

Y en una investigación reciente publicada en la revista especializada Anthrozoös, las científicas Joni Delanoeije y Patricia Pendry señalan el rasgo de personalidad de la emotividad como la clave del interés profundo hacia los gatos y, en consecuencia, de una mayor probabilidad de experimentar los beneficios asociados a la presencia de estos. Lo descubrieron tras entrevistar a cientos de estudiantes y trabajadores de las universidades belgas. Por supuesto, la emotividad, la capacidad de experimentar emociones, está presente en todas las personas, pero parece que aquellas con una emotividad más sensible tienden a vincularse más con estos animales en su día a día. La pregunta es por qué.

La sensibilidad: la clave final

El estudio dirigido por Delanoeije y Pendry no lo aclara. Sin embargo, esta última tiene una teoría: "Puede ser que las personas que experimentan sentimientos muy fuertes en respuesta a los estímulos experimenten emociones fuertes en respuesta a las señales sutiles que los gatos tienden a emitir", lo que "puede mejorar su disfrute al interactuar con estos animales en comparación con las personas que necesitan estímulos mucho más potentes para experimentar una fuerte respuesta emocional, que puede ser donde entra el perro promedio". O dicho de otra forma: tu sensibilidad emocional es tan fina que no necesitas grandes demostraciones de amor para sentirte bien. Puedes captar lo delicado. 

No le ocurre a todas las personas. De ahí que muchas prefieran a los perros, mucho más enérgicos, mucho más notorios. De hecho, puede que como cat person que eres no te sientas del todo cómoda con estos últimos, pues su nada sutil compañía puede resultar abrumadora en ocasiones. Por desgracia, y como recuerdan desde Inverselos gatos no suelen usarse demasiado en las terapias emocionales, quizás debido a su mala fama. En palabras de Pendry, "los gatos tienen la desafortunada reputación de ser distantes y quisquillosos, pero sería más preciso describirlos como discernidos y reflexivos, y espero que podamos valorar esos rasgos". Para personas como tú son un escudo contra el estrés y la tristeza.