Esta es la razón por la que decidí dejar de trabajar por dinero y largarme

Todo lo que rodea tu pequeña existencia se resume en eso, en el dinero que te cuesta vivir, viajar, comer o dormir la siesta, porque para eso necesitas un techo y una cama, y ambos se compran con dinero.

Pasta. Llega un punto en el que el dinero se convierte en la prioridad máxima de tu vida. Ahora pensaréis que esto va en contra de toda esa filosofía milenial que defendemos día a día en Código Nuevo, pero os voy a decir algo, es la pura realidad. Todo lo que rodea tu pequeña existencia se resume en eso, en el dinero que te cuesta vivir, viajar, comer o dormir la siesta, porque para eso necesitas un techo y una cama, y ambos se compran con dinero.

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Llegados a este punto vamos a hacer cuentas. Trabajamos de media 8 horas, entre desplazamientos, preparación para el trabajo y comer gastamos una media de 2 más, dormimos otras 8 y nos quedan unas 6 para disfrutar de la vida. Osea, que pasamos más de un tercio de nuestra vida trabajando. Por tanto, si algo es importante en la vida es pasar todo ese tiempo disfrutando de lo que hacemos.

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El problema cuando dejé de trabajar 8 horas y empecé a hacerlo entre 12 y 14, a diario mis superiores me menospreciaban, me insultaban e incluso llegó hasta tal punto que empecé a pensar que era un inútil cuando en realidad no lo soy. Llegaba a la oficina pensando en qué bronca me iba a caer ese día y tuve un principio de ansiedad muy fuerte que incluso me provocó una úlcera de estómago. Y aguanté, aguanté porque tengo responsabilidades, gastos y un sueño particular por el que luchar.

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Aguanté hasta que llegó el día en el que me di cuenta de que toda la mierda que soportaba a diario no valía el precio que me estaban pagando. En realidad, aunque me pagaran el doble o el triple no merecía la pena, porque no estaba consiguiendo disfrutar absolutamente de ningún momento a lo largo del día. Así que me largué con la cabeza bien alta y con algo de dinero por mi silencio.

Porque si algo tengo muy claro es que mi último traje no llevará bolsillos, pero mi cuerpo estará lleno de todos los momentos que de verdad mereció la pena vivir.

Crédito de la imagen: Maud Chalard