Yaiza Schmöhe tiene la incapacidad permanente y lleva desde 2013 de baja. Todo por participar en un concurso que organizó la marca AXE en Ibiza. Iba a ser una aventura y el premio era un viaje al espacio, sin embargo tuvo un accidente que le cambió la vida por completo. Ahora intenta llamar la atención a través de la plataforma Change.org porque asegura que la marca se ha desentendido de ella, una versión que la multinacional desmiente.
Era una de estas campañas emocionantes y divertidas: un blob-jump, que consiste en que dos personas se tiran a la vez sobre una colchoneta gigante para propulsar a otro saltador que, sentado en la otra esquina, sale propulsado varios metros y termina cayendo al agua. Adrenalina pura, vuelo libre, risas y aplausos.
Pero algo salió mal. Más bien, según cuenta Yaiza, algo se organizó mal. Aunque, aparentemente, las medidas de seguridad eran las adecuadas, la organización decidió "en el último momento" aumentar la altura del salto a 12,5 metros el equivalente a cinco pisos y continuar con el espectáculo una vez entrada la noche, según la versión de la chica. “Fue imposible prepararme a tiempo para protegerme del fuerte impacto. El resultado: dos huesos de la cara partidos, lesiones en el cuello y rodillas y una incapacidad permanente del 48%”, cuenta Yaiza.
Sin embargo la marca AXE, a través de un comunicado asegura que "contrató los servicios de la agencia Eleven, quien diseñó y organizó el evento adoptando en todo momento las máximas medidas de seguridad aplicables a un acto de estas características". Y añade: "Space Jump era una actividad de riesgo. Esta circunstancia era conocida por los participantes en el concurso de saltos, quienes asumieron ese riesgo".
Pero el relato de Yaiza no termina aquí. Ella asegura que la organización, lejos de asumir ninguna responsabilidad, le dio unos cuantos ibuprofenos y se desentendió del asunto, según su versión. Tuvo que tomar un taxi para ir al hospital y, sorpresa, allí se encontró con más accidentados que habían saltado antes que ella. “¿Por qué no nos avisaron ni pararon el concurso cuando se lesionó el primero? ¿Por qué en sus pantallas mostraban alturas menores a las que realmente los concursantes estábamos alcanzando?”, se pregunta hoy Yaiza, que ya lleva más de 800 días de baja.
Su versión dista mucho de la de AXE: "la empresa ha ofrecido apoyo desde el primer momento a la persona que resultó lesionada a raíz de la actividad y nunca se ha desentendido del tema". Explica además que un primer informe médico descartó las heridas graves y que por eso la paciente decidió pedir el alta voluntaria. "Con posterioridad, la marca continuó interesándose por su estado sin recibir respuesta alguna", concluyen, diciendo además que no harán más declaraciones al respecto.
“48 horas después, me operaron de urgencia y me pusieron una malla de titanio bajo el ojo y, aunque no he perdido el ojo y tengo la suerte de estar viva, como secuela, me ha quedado visión doble diplopia cuando miro arriba, abajo, izquierda y derecha”, continúa Yaiza su relato. Así se saldó la aventura.
A día de hoy, ninguna de las denuncias interpuestas por Yaiza han prosperado. Por eso, ha lanzado una iniciativa para que su caso no quede impune. “El concurso de AXE me ha destrozado la vida y eso ya no puedo cambiarlo. Quiero que entiendan que las personas somos más importantes que sus productos y que no jueguen jamás con la vida de nadie por un poco de publicidad”, concluye la exconcursante.