La notas palpitar. Está ahí, latente, tratando de salir y saludando a todo el que te mira a la cara aunque sea un segundo. Por el momento, tan solo es un pequeño punto rojo y abultado, pero estás deseando que saque la cabeza y sentir el placer de explotarla. Y ahí está. Corres al baño y te plantas frente al espejo, desplegando tus armas. Y pam, explotó. Pero quizás ese gusto que te da reventar espinillas se irá volando en cuanto te enteres de los problemas que podría traerte y no son para tomárselo a broma. La joven estadounidense Katie Wright compartió su historia en las redes sociales y, en poco tiempo, esta se hizo viral: tras apretar lo que ella pensaba que era un simple grano, hizo extender por su piel una grave infección provocada por la falta de limpieza de sus brochas de maquillaje que pudo costarle la vida.
"Pasada una hora, toda mi cara se hinchó y me hizo sentir que algo iba a salir de mi piel", explicaba. Tuvo que correr a urgencias, donde los médicos le desvelaron el verdadero origen de su mal y las posibles consecuencias: de prosperar, la infección podía afectar a sus ojos provocándole una ceguera permanente o filtrarse a su cerebro llegando a causarle la muerte, tal y como recoge The Independent.
Apretar con decisión una espinilla puede, ciertamente, resultar muy peligroso. Los riesgos son muchos, sobre todo si esta se encuentra en el triángulo que abarca desde el nacimiento de la nariz hasta las comisuras de la boca, incluyendo el labio superior. En esa zona se concentran los vasos sanguíneos conectados al cerebro, y dañarlos puede causar, como explicaron los médicos a Katie –y como también evidencia The Independent–, desde ceguera hasta parálisis facial o incluso el fatal e irreversible desenlace de la muerte.
Katie ha escarmentado, y ahora aconseja a todo el mundo que limpie con detenimiento todas sus utensilios de maquillaje para evitar problemas en la piel. Y de su 'susto' se deriva otra conclusión: hay que hacer caso a los que te piden que no te toques los granos. Lo de menos será que te deje marca porque, en vista de lo ocurrido, las consecuencias pueden ser realmente fatales.