¿Por Qué Pagamos Más y Recibimos Menos? La Realidad Detrás Del Emprendedor

¿Quiénes salen beneficiados de la que ya se denomina 'burbuja del emprendimiento'? ¿Cuál es la realidad de ser emprendedor en España?

Desde hace un tiempo nos venden desde las diferentes instituciones las bondades de ser emprendedor: "¿Está usted en paro? Pues hágase emprendedor y todos sus problemas quedarán resueltos". El discurso, aquí muy simplificado, defiende la necesidad de que los españoles nos hagamos emprendedores, montemos nuestra propia empresa y así dejemos de engordar desconsideradamente las listas del paro. Sin embargo, los datos no son muy prometedores: un 30% de los autónomos bajan la persiana el primer año, 180 pequeñas empresas cierran cada día y el 70% no llega a los cuatro años. Para echarse a llorar. ¿Quiénes salen beneficiados de la que ya se denomina 'burbuja del emprendimiento'? ¿Cuál es la realidad de ser emprendedor en España?

Autónomos: solos ante el peligro

Dice Toni García, periodista y escritor, en su libro Autónomos. La guía definitiva Comité Blackia Books que el autónomo más popular fue Han Solo, el héroe de la Guerra de las Galaxias que interpretaba Harrison Ford: "su nave espacial era una auténtica chatarra, cobraba tarde, mal y nunca, le debía la camisa a un horrendo personaje que le daba créditos extraños y al final no se queda con la chica". Por desgracia, muchos autónomos viven una realidad parecida a la del héroe de La Guerra de las Galaxias pero estos encima tienen que pagar cada mes su cuota a la Seguridad Social y el correspondiente IVA, aunque la 'Federación Galáctica' no les haya abonado ni un euro por sus servicios.

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En estos momentos hay más de tres millones de “hanes solos” en nuestro país, casi un 17% del total de afiliados a la Seguridad Social que se encuentran bastante desamparados y “solos” ante el peligro y que desde distintos altavoces claman por un sistema de pagos más justo y más parecido al de nuestros vecinos europeos. Porque nadie dice que no haya que pagar impuestos, pero lo justo es que sean proporcionales a la renta de las personas.

Por muy bonito que se quiera poner y mucho marketing que se haga vendiendo las bondades de la vida del trabajador por cuenta propia, lo cierto es que en muchos casos ser emprendedor supone trabajar más de 60 horas a la semana sin ver casi ni un euro, no poder acceder a ningún tipo de financiación, tener que pagar una cuota como mínimo de 250 euros al mes, más el IVA, aunque no hayas cobrado ni una sola factura, esperar eternamente a que te lleguen las licencias para abrir tu negocio, no tener ningún tipo de prestación por desempleo o baja médica si pagas la cuota mínima y, por supuesto, olvidarse de cualquier tipo de vida privada o conciliación familiar ¿o pensabas que el nombre “solo” era casualidad?.

En cualquier sociedad es positivo que exista un tanto por ciento de personas con ese afán de emprender, de proponer y de arriesgarse; son parte del motor de la economía y nos hacen crecer a todos. Pero no todo el mundo tiene ese carácter y esas ganas y tampoco es necesario. Además, si la solución del problema del desempleo pasa por que todos nos hagamos autónomos... ¿por qué en España no se cambia un sistema de pagos criticado desde hace mucho y que en muchos casos impide que gente con mucho talento y con muchas ganas de hacer cosas consigan llevar a buen puerto buenas ideas que impulsarían nuestra economía?


Marca España: los autónomos en España pagan más y reciben menos

A pesar de la campaña mediática y la tarifa plana de 50 euros, que no soluciona el problema sino que le pone un parche temporal, ser trabajador por cuenta propia en España sale mucho más caro que en otros países europeos. Aquí, el sistema supone una auténtica barrera de entrada para muchos profesionales que están empezando y que no pueden permitirse esos 255 euros de cuota mínima a la Seguridad Social porque sus ingresos son escasos, fluctúan demasiado o directamente no existen.

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La revista Forbes publicó hace un mes un ránking que evidenciaba que lo que pagan los autónomos españoles es desorbitado en comparación a sus vecinos europeos, además de tener la obligación de declarar el IVA cada tres meses, aunque no se hayan conseguido cobrar las facturas emitidas, en muchos casos a la Administración.

En Francia, por ejemplo, los trabajadores por cuenta propia no pagan cuota en el primer año de ejercicio, y después esta depende de la profesión que tenga y del nivel de facturación. Además, asumir la cuota les da derecho a pensiones de jubilación, viudedad, invalidez e incapacidad temporal. Otro ejemplo es Reino Unido, que exige a sus autónomos una cuota anual que oscila entre los 13 y los 85 euros. En Italia, la cantidad a pagar se dirime de la facturación que se declara, pero nunca supera el 20% del total. En Holanda, los autónomos pagan una prima mensual de 100 euros a modo de seguro privado, la cuota de autónomos depende de los ingresos y la primera declaración de IRPF se realiza cinco años después del alta en Hacienda.


¿A quién beneficia la burbuja del emprendimiento?

No sé, así a simple vista parece un poco extraño que en un país en el que la mayoría de los autónomos viven asfixiados y al borde del abismo por un sistema que fácilmente se podría mejorar se inste continuamente a que todos los ciudadanos se vuelvan emprendedores de la mañana a la noche y abandonen la idea de ser 'simples' trabajadores, con sus derechos y todo.

Aunque, no resulta tan raro si tenemos en cuenta que cuando un desempleado se da de alta en el régimen de autónomos ocurren dos cosas inmediatamente: primero, su nombre quedará eliminado en las listas del paro que tanto preocupan al Gobierno y en segundo lugar se le cobrará su consiguiente cuota, si ha tenido suerte y puede acceder a la bonificación pagará 50 euros durante los 6 primeros meses; si antes de emprender su nuevo negocio ya había sido autónomo deberá abonar cada mes 255 euros le vayan como le vayan las cosas.

Debemos estar alerta porque el mal entendido emprendimiento puede constituir una maniobra para trasladar el problema social y colectivo del desempleo a la persona individual. Por eso ya se habla de la burbuja del emprendimiento, porque no solo la Administración se beneficia del aumento de trabajadores autónomos, sino que cada vez son más los negocios que proliferan a costa del autoempleo: plataformas para montar tu propia tienda online, cursos y demás para convertirte en el emprendedor del año, dropshipping, etc.

Además, desde hace un tiempo nos encontramos con la figura del falso autónomo que son personas que legalmente funcionan bajo la forma del autónomo haciéndose cargo de su propia Seguridad Social pero que en la práctica la mayor parte de sus ingresos depende de la misma empresa, por lo que su actividad económica depende absolutamente de ella. La dificultad de encontrar empleo permite a algunas empresas forzar a sus trabajadores a acogerse a este sistema y así evitar la obligación de pagar la Seguridad Social del trabajador. Un auténtico chollo.

 

Crédito de la imagen: thewildandfreelife.tumblr.com