No aprendemos. El ser humano es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra y, por lo que leeréis a continuación, la piedra cada vez pesa más. Vamos, que los problemas son cada vez más grandes y los riesgos más altos. Nos gusta jugar con fuego y ver de cerca el peligro; nos parece divertido y excitante. Pero en serio, hay veces que es mejor no cruzar la línea. Y en el sexo, no hacerlo es vital.
Recientemente salió a la luz la existencia de 'juegos' sexuales muy peligrosos como ‘El Muelle’ o ‘La Ruleta del Sexo’, en los que, tras practicarlos, puedes irte a casa con cualquier enfermedad infecciosa. Pero en este, además de estar expuesto al sida, la sifílis o la gonorrea, puedes acabar enganchado a las drogas.
Son las chemsex, largas sesiones de sexo en las que las drogas tienen un papel esencial. Del inglés chemical sex sexo químico, esta actividad no es nueva, pero ha dado un paso más allá entrando en el mundo de internet: hay algunos que utilizan las facilidades que nos da la red para joderse a sí mismos. Es ahí donde, mediante aplicaciones para ligar, un chico contacta con otro y lo invita a una fiesta en su casa; en ella, le recibirá con una bandeja de droga –en la mayoría de los casos con speed, ketamina y, cada vez más, mentafetamina y éxtasis líquido– que le desinhibirá para practicar sexo con todos los participantes durante muchas horas, incluso días.
Como en ‘La Ruleta del Sexo’, estas fiestas son casi exclusivas de los gays, aunque también se han dado casos en los que personas de diferente orientación sexual las han llevado a cabo. El principal riesgo de esta práctica es, además de la posibilidad de infectarse de enfermedades de transmisión sexual –los participantes se dejan el condón en la cartera–, acabar siendo un yonki y necesitar drogarse para tener sexo. También existe el peligro de pasarse con la dosis –supongo que será una especie de barra libre de droga– y quedarse medio inconsciente. Precioso.

De momento, en España no se han detectado demasiados casos, pero en Inglaterra es un fenómeno que ha hecho saltar las alarmas y durante el fin de semana se llevan a cabo un montón de fiestas de este tipo. A pesar de eso, en nuestro país se está haciendo un estudio en el que participan 16 hospitales y que acabará en septiembre. Será entonces cuando se empezarán a conocer los datos de las chemsex en España.
Hay gente que no aprecia su vida, y lo vemos cada día. Las chemsex son una manera más de envenenarse por dentro. Algo tan sano como el sexo convertido en una especie de suicidio colectivo en el que, a diferencia de los que deciden acabar de manera rápida con su vida, consume poco a poco hasta que el cuerpo dice basta. ¿Por qué algunos insisten en joderse la existencia?