1. Al mediodía el sol golpeaba como un mazo ardiendo. Decidimos ir a la habitación y descansar un rato, ya que habíamos pasado toda la mañana paseando por la Calle Obispo de La Habana. Encendimos el televisor y nos tumbamos en la cama. El 16 de julio del año pasado cuatro niños murieron en las playas de Gaza en una acción militar del Ejército israelí. Estaban jugando a fútbol en la playa cuando un proyectil acabó con su partido. Tenían entre 9 y 11 años.
2. Apagamos la televisión y nos miramos. Empezamos a hablar de la guerra eterna, de una guerra colonialista y, como todas las guerras, injusta y deleznable. Las cifras hablan por sí solas, aquí hay un David y un Goliat, unos pelean con piedras y otros con misiles.
Más de 539 niños y niñas y más de 1.500 civiles murieron en Gaza durante la 'Operación Margen Protector'. Durante 50 días, todos miramos, una vez más, la violencia indiscriminada entre dos territorios. Los enfrentamientos obligaron, según fuentes de Amnistía Internacional, a 110.000 gazatíes a desplazarse durante el conflicto. Creo que no podemos imaginar lo que supone que destruyan tu casa una y otra vez, y que nunca te dejen empezar de nuevo. Miles de hogares son bombardeados cada año y la Tierra, poco a poco, va siendo expropiada para reasentar a colonos israelís. Hubo más de 15.000 viviendas destruidas. Se llamó Margen Protector y el lenguaje no es arbitrario, así es como se utilizan conceptos que apelan a la seguridad para infundir la política del miedo a los ciudadanos.
3. Cuando salía por la puerta para ir a nuestro almedrón rumbo al Vedado, cogí mi lectura vacacional: El meu poble viurà, autobiografía de Leila Khaled, guerrillera palestina, editado por Tigre de Paper. A Leila Khaled, como a miles de niños y niñas palestinos, también la echaron de su casa y se tuvo que exiliar al Líbano. Era una de esas casualidades.
Además de las políticas del terror y las continuas agresiones imperialistas, Israel impone a Palestina desde hace más de 8 años un bloqueo aéreo, terrestre y marítimo que impide la llegada de ayuda humanitaria al país. El bloqueo también se cumple utilizando munición contra los palestinos que se aproximan a la “zona de seguridad” de 500 metros de ancho que sirve de frontera entre los dos territorios. Hace tan solo un mes, las autoridades israelíes interceptaban un barco de la Flotilla de la libertad III, donde viajaban 50 activistas internacionales de 18 países, entre ellos la europarlamentaria de BNG Ana Miranda.
4. ‘Bloqueo genocida’. Recuerdo los muros de las ciudades de provincias de Cuba y las vallas propagandísticas con mensajes en contra del bloqueo estadounidense. Los bloqueos son una guerra fría efectiva en el mundo globalizado.
El secuestro de uno de los barcos de la flotilla por parte de las autoridades israelíes no ha tenido un gran impacto en el mundo occidental. No ha habido declaraciones oficiales del Gobierno español, a pesar de que fueron detenidos representantes políticos. Desde Israel, el primer ministro Benjamín Netanyahu alentaba la paranoia terrorista diciendo que “la flotilla es una muestra de hipocresía que solo sirve para ayudar a Hamás”.
En noviembre del año pasado, mi madre viajó a Israel y pudo comprobar de primera mano la aversión de muchos ciudadanos hacia los palestinos. También me explicó cómo los accesos a algunas ciudades están controlados por militares y los palestinos se someten a exhaustivos controles, les impiden pernoctar en algunas urbes y les prohíben el acceso a establecimientos. Ella es creyente, pero allí descubrió que ningún Dios podía permitir eso.
5. Volvimos de Cuba y aún quedaban 30 días de ofensivas. Cuando acabó la Operación Margen Protector de 2014, los medios entraron en la espiral del silencio y Gaza quedó en el recuerdo de las noticias del mediodía de verano.
Murieron más de 2.000 palestinos y 67 israelíes, 64 de ellos militares. En el número de septiembre de 2014 de Etiqueta Negra, revista peruana, Gabriel Zaid señalaba: “La ceguera de la opinión mundial llegó a extremos absurdos en 1967, cuando los árabes trataron de recuperar su tierra por las armas. Fueron vistos como nazis que nuevamente perseguían a los judíos. Como si Israel fuera Ana Frank. Como si Nasser fuera Hitler. Pequeña diferencia: en 1967, Ana Frank aplastó a Hitler en seis días. Algo mal estaba en los papeles imaginarios asignados a los protagonistas”.
En diciembre se estrenó el documental ¡Nacido en Gaza', de Hernán Zin, candidato a los Goya en febrero. Cuenta las historia de cómo 10 niños y niñas intentan superar el día a día con las secuelas de los atentados, desalojos y desplazamientos. Son las voces de los cientos de niños y niñas asesinados el verano pasado, y es que el impacto sociológico de estas muertes es conmovedor. En Gaza crecerán decenas de generaciones traumatizadas y no podrán completar un desarrollo emocional y vital.
6. Le mando una nota de voz a Alicia, mi compañera madrileña con la que pasé tardes enteras hablando en los pastos del municipio de Guayabal. Hace un verano que no la veo y ahora se marcha de voluntaria a Gaza estudia medicina a montar un campamento de verano para niños refugiados en Aida, Belén, y a hacer prácticas a un hospital.
Si algo nos enseñó Cuba fue que ningún bloqueo podrá callar el grito de un pueblo. Aquí lanzamos gritos de alarma, pero para hacer diagnósticos. Nacido en Gaza es un documental, pero también un desafío humano; las personas son historia viva, cuando mueren hay que recuperar sus memorias. “Las Guerras mienten”, como decía Galeano. Después de esta exposición de datos, como leí en Los condenados de la tierra, “tengo que afrontar un espectáculo inesperado: el striptease de mi humanismo”. Aun así, creo que no es malo hacer gala del antibelicismo, no me gustan las guerras, ni los estados opresores, esta guerra es sucia y mentirosa. Solo espero que no alcance a la otra guerra histórica y no dure 100 años.
Crédito de la imagen: rtve.es