En estos momentos prácticamente solo existen dos clases de personas en nuestra sociedad. Aquellas que consideran que están cumpliendo las restricciones mejor que tú y no te lo dicen, y aquellas que consideran que están cumpliendo las restricciones mejor que tú y te lo echan en cara. Por supuesto, y con mucha probabilidad, tú también eres uno de esos dos tipos de personas. Escondes una superioridad moral en relación al comportamiento frente a la pandemia o la exhibes con orgullo. En ambos casos el trasfondo es el mismo: sientes que estás siendo mejor ciudadanx que los demás. Un fenómeno llamado ilusión de superioridad.
¿Cómo lo sabemos? Como consecuencia de una encuesta llevada a cabo en el Reino Unido por Ipsos Mori, empresa británica dedicada a la investigación de mercado, a más de 1.000 personas de entre 18 años y 75 años. Sus resultados son claros: el 47% de las personas creen que están cumpliendo con el confinamiento y demás medidas de seguridad de forma absoluta y que solo el 4% del resto de personas está haciendo lo mismo. Lo que podríamos traducir como "yo estoy siendo responsable pero los demás no y la culpa de que continuemos así no es mía sino de ellos".
Otros datos extraídos de esa misma encuesta reflejan exactamente lo mismo. Por ejemplo, tan solo el 5% de los participantes reconocieron acatar las restricciones actuales la mitad del tiempo. Esto de cumplirlas o no cumplirlas en función de las circunstancias. Sin embargo, los participantes aseguraron creer que un 25% de la población funciona de esa manera tan laxa en relación a las normas específicas anticovid. Es como si esta pandemia nos hubiera convertido en personas desconfiadas con una imagen muy pobre de nuestros vecinos y conciudadanos. Pero la raíz de esta perspectiva es un ancestral mecanismo de defensa.
Porque no nos gusta sentirnos culpables. En este contexto tan dramático de enfermedad, muerte y privación de libertades, nos resistimos a considerar que tenemos alguna responsabilidad en ello. Es entonces cuando surge esa ilusión de superioridad que, como explican desde Magnet Xataka, "puede ser interpretado como un mecanismo de autodefensa, una suerte de optimismo para lidiar con nuestras ansiedades, temores y conflictos". Entramos en un terreno peligroso de deformación del otro para poder responsabilizarlo. Pero eso tiene también mucho de propaganda. ¿Es realmente la culpa ciudadana?
Eso es lo que muchos responsables políticos nos han hecho pensar. Pero, como bien apuntan desde Magnet, "podríamos exculparnos a todos de un acontecimiento mundial, incontrolable, para el que seguimos disponiendo de pocas respuestas y que supera, con mucho, nuestro radio de acción individual". Esto no quiere decir que la responsabilidad de la pandemia sea política, pero sí que a los dirigentes les conviene aquello de poner la responsabilidad sobre nuestros hombros en lugar de sobre los suyos. Por supuesto, hay personas que no están cumpliendo las normas. Pero son una minoría.