Cómo volver a la normalidad y perder el miedo a ir sin mascarilla

Después de dos años de pandemia decir adiós a la mascarilla puede que no sea tan fácil como creíamos 

Después de dos años sin casi reconocernos las caras, finalmente en España ya no será obligatoria la mascarilla en interiores excepto en determinados lugares como el transporte público o los hospitales. Al fin sabrás que cara tienen tus compañerxs de clase o si tu crush de la biblio es tan guapx como parecía. Para muchxs supone un alivio deshacerse de una vez por todas de las mascarillas, aunque para otrxs este paso puede ser angustiante después de tanto tiempo conviviendo con ellas. Si este es tu caso, te ayudamos a amortiguar el shock.

Vamos a ser sincerxs, por mucho que nos hayamos estado quejando de la mascarilla, la verdad es que en algunos momentos era una gran aliada, como ahora un buen recurso para ocultar esos granos molestos que te salen en la barbilla y los mofletes. De hecho, muchas personas pueden sentirse inseguras respecto a su rostro ahora que llega el momento de quitarlas, mientras que otras directamente todavía tendrán miedo al posible contagio. Y es que, después de dos años viviendo en constante tensión, una de las pocas cosas que daba falsa seguridad era la mascarilla. 

Cambios progresivos

Para algunxs no es posible pasar de 0 a 100 sin sufrir cierta aprensión. Por ello, a pesar de que tengas lxs típicxs amigxs que ya están ansiosxs por deshacerse de la mascarilla, si sientes que en determinados contextos tienes que llevarla, te la pones y ya. Que sea algo progresivo. Ver como el resto de tu entorno deja de usarla también te ayudará a recobrar la confianza. Es posible que si tú o alguien de tu entorno ha pasado un cuadro muy complicado de Covid, o tienes personas queridas que han muerto a causa del virus, te sea más difícil recobrar la sensación de seguridad.  

Actuar con naturalidad 

Por naturalidad, queremos decir espontaneidad. No le prestes mucha atención a tu comportamiento, y si en algún momento te das cuenta de que te has olvidado de la mascarilla pues mejor, pero sobre todo no te obsesiones en forzarte. Cada persona tendrá un ritmo distinto a la hora de recuperar la normalidad, las personas más fóbicas o preocupadas necesitarán más tiempo para ir sin mascarilla en espacios cerrados y llenos de gente. 

Recuperar los placeres

Una buena manera de ir perdiendo el miedo a no llevar mascarilla puede ser recuperar algunas actividades que hasta ahora estaban coartadas por su uso: ir al gimnasio sin que se nos quede todo el sudor dentro de la mascarilla, poder ir al cine y no tener que bajar y subir la mascarilla para comer palomitas, o ir a un concierto y darlo todo a grito pelado y cara descubierta. En estos contextos en los que nos sentimos felices y distendidos es más fácil que recuperemos la confianza y la sensación de seguridad. 

Vigilar nuestra salud mental

Aunque parezca una exageración, es en estos momentos cuando el estrés postraumático puede aparecer. Hay que tener en cuenta que según el impacto del coronavirus en nuestras vidas es muy posible que se desarrollen miedos o problemas como insomnio, hipocondría o ansiedad. Si notamos que podemos padecer de ellos puede estar bien fijarnos.