Triunfa Hablando En Público II: ¿Cómo Empezamos La Intervención?

"Buenos días, me llamo fulano de tal y vengo a hablaros de...". Otros empiezan enumerando sus objetivos o sus curriculums. La mayoría hacen lo mismo.

En el capítulo anterior mencioné algunos apuntes básicos a la hora de hablar en público. Bien, hoy nos pondremos manos a la obra.

Un amigo mío, profesor de la facultad, cuando los alumnos le decían lo interesantes que eran sus clases contestaba siempre lo mismo: no es virtud propia sino defecto ajeno. Para muestra un botón: observa como la mayoría de personas empiezan su discurso.

"Buenos días, me llamo fulano de tal y vengo a hablaros de...". Otros empiezan enumerando sus objetivos o sus curriculums. La mayoría hacen lo mismo.

Respóndeme a esta pregunta, cuando estas navegando por internet, por esta misma web, por ejemplo ¿qué es lo que hace que clickes en un artículo? Posiblemente si el título toca tus intereses, te genera curiosidad, lo abrirás. O si la foto te llama poderosamente la atención, ¿no es así? Hay algo que te llama la curiosidad, el deseo y eso te hace mover.

Cuando estas hablando en público pasa igual. No sólo el título tiene que "mover" sino también el como empieces tu charla. En términos de hablar en público, diríamos que tienes que efectuar una apertura con impacto. Ahora bien, una buena apertura no sólo tiene que generar impacto sino que tiene que ser una pieza del engranaje que te acerque a tus objetivos. No se hace porque si, siempre debe predisponer a que tu audiencia se interese por lo que viene. Y si haces una buena apertura vigila que el resto este a la altura, !of course!

Una buena apertura es como un trailer de una película. Si tuvieras que hacer un trailer ¿saldrías y dirías?: "Hola soy fulano de tal, el director de la película y quiero deciros lo interesante que es..." ¿Harías esto? No, ¿verdad? Entonces ¿por qué no cuidas tu apertura? Empieza dirigiéndote a tu público, no a ti mismo, inicia el discurso con una frase la cual  a ti mismo te llamaría la atención.

Sal de la mediocridad.

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Crédito de la imagen: hubmasters.org