El Semáforo De La Vida: Acelerar Está Bien, Pero Frena De Vez En Cuando

Las decisiones que estás a punto de tomar pueden o no marcar tu siguiente luz verde. Así funciona el semáforo de la vida.

 

Ves la luz verde de la estabilidad al final del túnel, pero justo cuando estás a punto de alcanzarla cambia de posición y se pone en ámbar. No está en rojo, pero significa “detención”, lo que quiere decir que debes pararte a pensar. Las decisiones que estás a punto de tomar pueden o no marcar tu siguiente luz verde. Así funciona el semáforo de la vida.

Y de nuevo circulas, en ocasiones en quinta y sin mirar atrás, y conociendo exactamente el camino sin necesidad de GPS humanos; en otras, en cambio, desorientado, agobiado por tomar la derecha o mejor girar a la izquierda. ¿Y si girar a la derecha implica encontrarse dirección prohibida cuando podrías haber tomado la decisión de girar a la izquierda desde un principio? Pues echas marcha atrás, porque te recuerdo que no está prohibido cuando te encuentras en un callejón sin salida. Puedes recorrer tantos metros como sean necesarios para incorporarte de nuevo a la carretera principal. Se trata de redireccionarse, y por ello, si tienes que recorrer 10, 20 o 50 metros para encontrar el camino que realmente quieres seguir, hazlo.

Si por atrás te pitan y te presionan porque actúes de una vez con decisión, les gritas que se esperen, que no todos aciertan a la primera y que quizás otro día sean ellos los que deban echar marcha atrás. Diles que tú, por el contrario, esperarás y serás paciente, porque no puedes pretender que todos los coches conduzcan su vida de la misma manera, a pesar de que sin quererlo los más rápidos, los más audaces, marquen la pauta a seguir y pinten el itinerario como lo hace Google Maps. Te lo tomarás con calma porque a veces ese camino no es el adecuado y hay muchos otros para llegar a tu destino.

Lo más difícil será aparcar. ¿Un lugar estrecho pero seguro, tocando a otro que nos sirva de guía para no hacerlo mal y dejando que otros se lleven el mejor aparcamiento? ¿O mejor arriesgarse y tirarse a la piscina aparcando en la puerta del primer paso para hacer aquello que realmente te apasiona? ¿Eres de los que prefieren hacer una parada para observar el resto de la calzada? Siempre correrás el riesgo de no escoger bien y que el de al lado “ralle tu chasis”, pero no por eso es mejor quedarse al margen y ni tan siquiera intentarlo, arrancar.

Sea cual sea tu caso, en algún momento el semáforo se pondrá en rojo y entonces sí que no habrá posibilidad de marcha atrás, solamente podrá ir a mejor, porque lo que viene después de la luz roja es la verde, lo que significa “vía libre”. Vía libre para tomar tus propias decisiones, equivocarte por ti mismo y de nuevo volver a decidir, importándote bien poco la contaminación acústica. Lo mejor de todo es que siempre, sin lugar a dudas, tendrás la oportunidad de volver a empezar; es lo que tiene este círculo vicioso, que vuelves al mismo lugar y en este caso a empezar o continuar con la luz en ámbar.

Tú decides si estancarte, avanzar o coger miedo a la prudencia, porque la velocidad no te dará ni la seguridad ni la experiencia de aquel que ha aparcado según lo sentía, se ha equivocado y lo ha vuelto a intentar. No por correr llegarás antes.

 

Crédito de la imagen: tumblr     Música: Jahzzar     Locución: Jesús Ranchal

La música empleada en esta locución está registrada bajo una licencia Creative Commons