Si no te sale de dentro con fuerza, no lo hagas

Podrías acabar sin moverte de la cama si abres las puertas a los miedos que paralizan. La vida está para salir afuera, moverse, empaparse, vivir intensamente y brillar con todas las fuerzas.

A veces vivimos a medias y no nos empapamos del todo por miedo a perder o a sufrir. El problema de los miedos es que son como un virus, que si no los frenas a tiempo se extienden y acaban conquistando todo. Cuando el miedo nos supera nos paralizamos, dejamos de aceptar retos, de probar experiencias nuevas, de vivir a lo grande.

Podrías acabar sin moverte de la cama si abres las puertas a los miedos que paralizan. La vida está para salir afuera, moverse, empaparse, vivir intensamente y brillar con todas las fuerzas. Por eso no tiene sentido no vivir plenamente. Por eso no merece la pena embarcarse en aventuras amorosas o profesionales si no le pones toda la ilusión.

$!Si no te sale de dentro con fuerza, no lo hagas

Si no vas a darlo todo, no lo hagas. No te enamores, ni emprendas, ni viajes. No vayas a la piscina si vas a quedarte en una esquina sin mojarte. No des pasos en falso; no lo intentes si no estás dispuesto a conseguirlo. La vida es demasiado grande para vivirla de puntillas, para perderse en miedos o prejuicios, para lamentarse demasiado tiempo y no avanzar. La vida es demasiado corta para vivirla a medio gas...

No tiene sentido dejar de sentir por miedo a sufrir, o dejar de disfrutar por miedo a que termine. Si no lo haces con todas las ganas, es mejor no hacerlo, porque todo se contamina desde la desgana. Una relación prometedora se puede convertir en un infierno de quejas y discusiones, y un trabajo apasionante puede acabar por ser un suplicio.

No deberíamos dejar que la vida pase a ser algo que soportamos, donde simplemente sobrevivimos. Qué triste cuando llegamos a un punto en el que nos preguntan cómo estamos y la respuesta es: "tirando, como siempre".

$!Si no te sale de dentro con fuerza, no lo hagas

Además, nadie se merece que le queramos sin ganas, que sigamos a su lado por costumbre. Tampoco se merece ningún jefe que vayamos los lunes con cara de funeral y trabajemos con el grifo del rendimiento a media potencia. Lo más curioso es que a menudo pagan los que no deberían, porque por culpa de un ex que se portó mal, desconfiamos de nuestra pareja; o a raíz de una mala experiencia laboral, nos volvemos menos entregados y competentes.

  • Que ninguna traición acabe con tus ganas de volver a confiar
  • Que ningún fracaso profesional derrumbe tu empeño e ilusión
  • Que el cansancio no pueda con tu lucha por un mundo mejor
  • Que ninguna persona pueda hundir tu fuerza y confianza
  • Que ningún político te quite la esperanza de tener un país con más oportunidades
  • Que los miedos no te impidan avanzar hacia tus sueños
  • Que ningún trabajo estresante te quite la ilusión por seguir mejorando siempre

No sobrevivas, vive. No te defiendas, ataca. No esperes las oportunidades, créalas. No te quedes en el banquillo, ¡sal a jugar a la cancha!