La ruptura de Shakira y Piqué abre el debate sobre las inseguridades de las mujeres

A pesar de que el pensamiento sea lógico ante casos como el de Shakira, la realidad es que habla de nuestras inseguridades y de estereotipos con los que acabar 

Cuando se supo que la relación entre Shakira y Piqué se había acabado porque este último le había puesto los cuernos y se rumorea que en más de una ocasión, todas nos quedamos en shock. Lo que se oía una y otra vez en medio de las conversaciones, vídeos de Tiktok en clave de humor y tuits indignados era que “si le han puesto los cuernos a Shakira, qué podemos esperar las demás”. Esa misma cantilena se ha repetido ahora con la ruptura de Emily Ratajkowski y Sebastian Berar-McClard, un rubiales con el que ha tenido un hijo. Según los rumores, el tío le puso los cuernos también. 

La errónea comparación femenina

De entrada parece normal que nosotras, que no somos ni cantantes ni modelos, nos quedemos en shock ante la situación y pensemos que, si ya les ponen los cuernos a semejantes diosas, a nosotras no nos queda nada. Cualquiera lo pensaría y con un cierto punto de razón. Pero puede que el enfoque que adoptamos ante esta situación no sea el mejor, sobre todo porque refuerza determinados estereotipos, como que nuestro valor radica en nuestro aspecto. Que si ya no somos unas musas de la belleza es normal que nos puedan acabar poniendo los cuernos. Cuando no es así, y lo sabemos todas. 

No solo no es importante el aspecto, ante esta situación debemos preguntarnos: ¿por qué damos por hecho que la felicidad en una relación es que ÉL sí, el hombre en este caso no nos engañe? Sin duda, estamos interiorizando que el éxito en una relación radica en la monogamia, cuando hemos hablado muchas veces que esto no es realmente natural. Eso sí, no debemos tampoco abanderar el poliamor, lo que sí debemos hacer es aceptar que, dentro del universo de las relaciones, hay muchas formas de amar. Cuando le ponen los cuernos a un pibón como Shakira y sale esta idea de “si a ella sí, ¿a mi que me espera?”, también salen a relucir nuestras inseguridades y la histórica comparación femenina. Esa idea de estar viendo el resto de mujeres como algo con lo que compararnos e incluso tener cierta rivalidad para “ser mejores”.

No hay que estar siempre estupenda

Una manera de pensar que, en cierto modo, nos aleja de la sororidad y nos deja en manos de criterios patriarcales. Esta idea también refuerza la de que es posible que cuando la pareja deje de parecerle interesante a la otra parte, y por tanto, sea normal que le ponga los cuernos con otra. Por lo que, siguiendo con esta lógica, nuestra “obligación” sería mantenernos siempre estupendas, no solo físicamente, para que nuestras parejas no pierdan el interés.

Además, esta frase también acaba siendo perjudicial para los hombres. Pensar que “si a ella le ha puesto los cuernos, que podemos esperar las demás” refuerza la idea retrógrada de que los hombres son promiscuos y que, por lo tanto, sí o sí, acabarán poniéndole los cuernos a sus parejas. Hecho que encima, pone a todos los hombres en un mismo saco de manera injusta y da alas a este tipo de discursos machistas. Por lo tanto, es normal que esta idea se nos pase por la cabeza cuando leemos casos como los de Shakira, pero lo cierto es que hay que cambiar el enfoque para no retroalimentar viejos estereotipos.