Durante la infancia, siempre hay alguien que nos pregunta: ¿y tú, qué quieres ser de mayor?
Esa pregunta se nos queda en el subconsciente, y sin pretenderlo nos pasamos el resto de nuestra vida intentando responderla. De hecho, cuando era una adolescente tenía la convicción de que a mi edad actual ya sabría lo que sería. Porque ya sería mayor, así que ya tendría un trabajo, un marido, y todo planificado y ordenado. Pero la verdad es que, en el presente, mi vida sigue siendo un fabuloso desastre, y empiezo a sospechar que con los años no me aclararé mucho más.
Ya soy mayor y sigo flipando
Hace tiempo que concluí que lo que debería de apasionarnos de la vida es la propia búsqueda, el propio viaje, y no el destino. Hay algunas personas que logran dedicarse a algo que realmente les apasiona aunque os advierto de que cualquier cosa hecha por obligación suele consumir hasta la más fiera de las pasiones. Pero la mayoría haremos lo que podamos para seguir adelante. Tomaremos un trabajo cualquiera -a poder ser, uno que no nos desagrade-, porque vivimos en sociedad y hemos de alimentarnos. Pero si queréis saber un secreto: NADA DE ESO IMPORTA REALMENTE.
Os lo habrán dicho muchas veces, pero jamás las suficientes. El trabajo no es la vida. Solo es una porción de ella, una simple herramienta para dedicarnos a lo que realmente nos apasiona. Una ínfima y ridícula parte de nuestra existencia en el inmenso cosmos, en el infinito universo. No es nada. Solo un inventillo de la sociedad moderna para cooperar en equipo, para organizarnos de algún modo y protegernos de las amenazas externas de los lobos, las tribus enemigas, del invierno....
"Pero el trabajo es necesario..."
Tenemos que recuperar la pirámide de las necesidades de Maslow y dejar de lado las chorradas. Si tenemos un techo bajo el que cobijarnos y un poco de sopa caliente, no sé si felices, pero al menos deberíamos vivir tranquilos.

Una vez cubierto lo básico, tendríamos que simplificar y dedicar el resto de nuestros recursos a aquello que verdaderamente nos llena, nos apasiona y nos hace volar: a bailar, a cantar, a escribir, a correr, a nadar, a cocinar, a hacer el amor, a leer, a construir, a pintar, a viajar o simplemente a maravillarnos con la magia de nuestra propia existencia. A ser conscientes del reloj y convertir cada tic-tac en algo que nos haga verdaderamente felices.
Así que contestaos a vosotros mismos y contestad así a aquel niño que no supo qué responder a la pregunta de qué quería ser de mayor con una verdad simple y absoluta: de mayor quiero vivir.
Crédito de la imagen: Eliza Rosca Música: Eliza Rosca Locución: Jesús Ranchal
La música empleada en esta locución está registrada bajo una licencia Creative Commons